Arsenal
Francisco Garfias
En Culiacán hay molestia por las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador que minimizan la violencia que azota a la capital de Sinaloa desde hace ya 12 días. El Presidente dice que la “prensa amarillista” exagera al reportar balaceras, bloqueos, carros quemados, muertos, heridos, desaparecidos, comercios cerrados… Para ilustrar sus dichos, El Peje señaló que los homicidios provocados en las últimas dos semanas en Sinaloa, por el pleito entre Chapitos y Mayos son 40, mientras que en Guanajuato, gobernado por el PAN, suman 102.
El diputado del PRI, Mario Zamora, excandidato a gobernador de la entidad, es uno de los indignados por la postura del primer mandatario. Lo invitó a visitar Culiacán para que sea testigo presencial de lo allí se vive. “Por lo menos no va a culpar a los medios de comunicación y a los Estados Unidos. Ya nada más falta que culpe a los marcianos”, dijo mordaz.
El hombre tiene muy presentes las declaraciones de general Jesús Leana Ojeda, comandante de la Tercera Región Militar, en el sentido que la paz y tranquilidad en Sinaloa no dependen del Ejército, sino de que grupos criminales antagónicos dejen de enfrentarse. “Muy desafortunadas. Todo mi respeto a las Fuerzas Armadas. Pero no puedo concebir que el responsable de la Tercera Región Militar diga que la paz en Culiacán no depende del Estado, sino de que se pongan de acuerdo dos grupos criminales. ¡Por favor!”.
–¿Tiene remedio la violencia en Sinaloa? Le preguntamos.
–Todos los problemas tienen solución. Claudia Sheinbaum dijo: ‘No vamos a usar la fuerza’. Pues que usen la inteligencia.
“La gente en Culiacán ya no quiere ver quién la debe. Lo que quiere es que se resuelva. Los mexicanos, y más los sinaloenses, merecemos vivir tranquilos. No es posible que un padre de familia no tenga la certeza de llevar a su hijo a la escuela porque tiene miedo. No es posible que un pequeño empresario no pueda abrir su negocio, que un empleado no pueda ir a trabajar.
“Váyanse a dar una vuelta a Culiacán a las nueve de la noche. Está solo. Estamos viendo una narcopandemia. La gente en la pandemia tenía miedo de contagiarse y morir. Hoy la gente no puede salir a la calle porque no hay Estado de derecho que le permita salir con decoro. No estamos hablando de una comunidad aislada en la sierra. Estamos hablando de la capital del Sinaloa, que tiene cerca de un millón de habitantes y que tiene la quinta o sexta captación bancaria del país. Una ciudad importante. No puede el gobierno voltear para otro lado.
–¿No es una mentada de madre que el Presidente diga que lo que se publica es amarillismo de los medios de comunicación?
–Es una mentada de madre que a 11 días de que deje el cargo le deje esta situación a la próxima Presidenta. No hay que ser genio. Cuando aterrizó el avión con El Mayo y El Chapito, ya lo estaban esperando. ¿Por qué ya no se habla del piloto? ¿Por qué era gringo?
* A Claudia Sheinbaum le faltan nueve días para llegar la Presidencia de la República, pero ya le espera un prolongado enfrentamiento entre socios de la Cooperativa Cruz Azul, que en 2022 dejó un saldo de ocho muertos y 12 heridos en la planta de Tula, Hidalgo. Una fuente cercana a 715 socios de esa cooperativa nos mandó copia del documento que le van a enviar a la Presidenta electa, con copia a la CIDH.
En el mismo, acusan a Víctor Manuel Velázquez y a José Antonio Marín, presidentes de los Consejos de Administración y de Vigilancia, respectivamente, de un desvío “discrecional” de 80 mil millones de pesos. Pero también de “despojarlos” de tres plantas cementeras en Aguascalientes, Oaxaca y Puebla.
Los inconformes aseguran que los cargos que ambos ostentan los ocupan ilegalmente desde hace cinco años. “De entonces a la fecha no han rendido cuentas a los 715 integrantes de la Cooperativa”, se lee en el documento, que agrega:
“Contrataron a activistas extranjeros para eliminar a sus opositores y despojaron e invadieron ilegalmente el edificio corporativo de Cruz Azul, ubicado al sur de la CDMX”.
* La palabra “militarización” se ha multiplicado en estos días por proceso el Legislativo de la reforma que pone la Guardia Nacional bajo control del Ejército. Apenas el jueves fue aprobada por la mayoría oficialista en la Cámara de Diputados. El martes la discute el Senado. La muy activa diputada de Movimiento Ciudadano, Laura Ballesteros, lamenta que la aplanadora de Morena y rémoras la hayan aprobado en San Lázaro.
–¿Cuáles son los riesgos de integrar a la Sedena la Guardia Nacional? Preguntamos.
–Son dos puntos muy específicos. El primero es el artículo 129 constitucional. Ése es irreductible. Es el que dice que los militares sólo pueden intervenir en funciones civiles en tiempos de guerra. Ahora los militares pueden intervenir en cuestiones civiles en tiempos de paz. Eso trastoca completamente el orden militar del país.
“Dos: preocupa de sobremanera que la Suprema Corte de Justicia, que había sido la última trinchera contra la militarización del país, vaya a ser ocupada (por Morena y afines). Perdimos esa trinchera y vamos a un proceso de militarización”.
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