Se equivoca la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, cuando afirma que no hay forma de echar atrás la reforma al Poder Judicial. Sí la hay. Basta que los 43 senadores de la oposición se mantengan firmes frente a las brutales presiones de que son objeto para que voten a favor.
Hay denuncias de amenazas, ofertas millonarias para que se ausenten o se pasen a las bancadas del oficialismo. Hay hasta presiones del INE, asegura el senador Alejandro Moreno, presidente del PRI.
Sheinbaum sabe que, a diferencia de la Cámara de Diputados, el bloque Morena, PT y Verde no tiene en el Senado la mayoría calificada, indispensable para modificar la Constitución. Le falta un voto para alcanzarla.
No lo dice, pero la Presidenta electa confía en que sus operadores sabrán cómo arrancar ese voto.
En su discurso, Sheinbaum copia los argumentos de López Obrador:
“Fue la decisión del pueblo de México, además, nadie tiene por qué preocuparse de que los jueces, ministros y magistrados sean electos por el pueblo, es mejor para México. Eso significa más democracia, más independencia del Poder Judicial”.
Argumento falaz. El pueblo sólo les dio 56% en la elección del Congreso. El INE y el TEPJF, y no los ciudadanos, completaron la tarea.
Dieron al oficialismo la sobrerrepresentación que necesitaban en la Cámara de Diputados para alcanzar la mayoría calificada y los dejaron a tres escaños de obtenerla en el Senado. Pero como los traidores nunca faltan, dos senadores del PRD, Araceli Saucedo y José Sabino, chapulinearon hacia Morena.
* Así las cosas, la suerte que corra el sistema de justicia en México no está en manos de Morena y anexas, sino de un senador, uno solo, de oposición.
Si cede a las presiones, entregará el poder absoluto al oficialismo y adiós la autonomía del Poder Judicial.
Una propuesta medular de la reforma que trae a México de cabeza es la elección, por voto popular, de jueces, magistrados y ministros. Digan lo que digan los morenistas, los que se apunten como candidatos necesitarán de apoyos políticos para triunfar en las urnas. La carrera judicial, los méritos para ganarse el cargo, ya no contarán si pasa la reforma.
La magistrada Olga Lidia Treviño resumió con una ingeniosa rima la propuesta de López Obrador en entrevista con López-Dóriga: “Un juez votado es un político disfrazado”.
* Los responsables de las bancadas del PAN, PRI y MC aseguran que de su grupo no saldrá el traidor ni con las arengas de las ministras cuatroteras, Loretta Ortiz y Lenia Batres, que ayer se unieron a una manifestación en favor de la reforma.
Otra manifestación, en contra de la reforma, obligó a los senadores a sesionar en sede alterna: la vieja casona de Xicoténcatl.
En la bancada azul se anunció que los senadores de ese partido estarán presentes el día que se vote en el pleno, tanto los propietarios como los suplentes, por cualquier contingencia. No vaya a ser que alguno se enferme o pierda el vuelo hacia la CDMX.
Los 15 diputados del PRI acordaron un voto en bloque contra la minuta de la controvertida reforma.
El exgobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, a quien le practicaron un cateterismo y está en cama, aseguró que, si se recupera, estará presente en la votación —en principio, el miércoles próximo— y, si no, pedirá licencia para que su suplente emita su voto en contra.
No faltó algún despistado que apuntara al senador del PRI Manlio Fabio Beltrones para obtener ese voto que el bloque oficialista necesita. Su pleito con Alito lo puso en la mira. No lo conocen. Escribió en sus redes:
“Reafirmo mi convencimiento total de que ésta no es la reforma que México necesita. Siempre he sostenido que hay que fortalecer las instituciones, no debilitarlas, por lo que reitero que, en su momento, asistiré a la sesión en donde se discuta y votaré en contra”.
Los simpatizantes del oficialismo le apostaban también al senador de MC Daniel Barreda para tener ese voto que les falta. Era el único del partido naranja que no había fijado su postura frente a la reforma. Lo hizo ayer.
“Quiero decirles que, después de haberla estudiado, de haberla leído, mi voto será totalmente en contra”, declaró a los reporteros de la fuente.
En sus redes fue más explícito:
“Quiero compartir mi postura sobre la reforma judicial, así como denunciar los abusos que hemos sufrido en Campeche por parte del gobierno de Layda Sansores.
“Mi voto es en contra de esta reforma que amenaza la imparcialidad de la justicia y vulnera los derechos humanos”.