Miércoles, Diciembre 11, 2024
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Thurman Munson

 

Por Jesús Alberto Rubio.

En 1885 solamente usaban guantes el catcher y el primera base; eran muy pequeños, como esos que ahora se usan para batear. Incluso, en esa época el primera base no se despegaba de la almohadillas, ni siquiera para fildear un batazo. (Fue Charles Comiskey el primero en hacerlo).

 

 

Además, los pitchers apenas comenzaban a lanzar por encima del brazo. Fue Hasta 1884 cuando sólo se les permitía tirar por debajo, así como en el softbol de ahora. Y la distancia entre el plato y la loma era de 50 pies, en vez de los 60 y seis pulgadas de ahora. Imagínese qué tiempos.

La muerte de Thurman Munson

A propósito de Todos los Santos:

Y al hecho de que el sábado, en nuestro programa en naranjerosradio, recordamos al inolvidable receptor de los Yankees, Thurman Munson:

Mire:

En 1979 el beisbol y especialmente Nueva York, se cubrieron de luto por la muerte del capitán del equipo, Thurman Munson.

Luego de que la noche del 1ro. de agosto los Mulos ganaron 9-1 a Medias Blancas, Munson aprovechó el descanso del día siguiente para visitar a su familia y practicar el despegue y aterrizaje de su nuevo avión Cessna Citation jet, que le había costado un millón 400 mil dólares.

Sin embargo, el destino le iba a ser fatal: Eran las 3.02 de la tarde cuando se estrelló al tratar de bajar en el aeropuerto de Akron-Canton, muriendo en el accidente. Su instructor de vuelo David Hall y su amigo Jerry Anderson, milagrosamente sólo resultaron heridos.

Thurman Munson tenía varios años con licencia de piloto, pero poca experiencia en aviones jets.

Tenía 32 años de edad y estaba en su temporada once con Yankees, donde llegó en 1969 a los 21 años cuando se peleaban el puesto de cátcher Jacke Gibbs y Frank Fernández, logrando quedarse con la titularidad un año más tarde y, luego en sus últimos años, sería el capitán del equipo, primero en tener ese rango desde los tiempos de Lou Gehrig.

Nikita Kruschev

En el último juego del Clásico Otoñal de 1964, de pronto se presentó una ligera interrupción en televisión para informar al público que, Nikita Kruschev, había sido depuesto como “cuarto tronco” de los soviéticos.

Fue aquella Serie Mundial cuando se jugó el último partido de ese tipo de Clásicos en el viejo Yankee Stadium teniendo como protagonistas a Cardenales y Mulos, precisamente cuando Mickey Mantle superó la marca de jonrones en Clásicos de Octubre y que estaba en poder de Babe Ruth, quien se quedó con 15.

Bueno... los Yankees, caerían en siete partidos ante Bob Gibson, Tim McCarver, Mike Shannon, Ken Boyer, Curt Flood y compañía que se inspiraron para llevarse el banderín mundial.

“Mr. Octubre”

Rescatemos el por qué de esa famoso apodo a Reginaldo Martínez Jackson: Fue a partir de que el gran Reggie Jackson dio jonrones a tres pítchers distintos en el sexto juego de la Serie Mundial del 77 contra Dodgers para que esa noche los Yankees alcanzaran su primer banderín en 15 largos años.

Jackson ganó ahí el apodo de “Mr.Octubre” y con sobrada razón, ya que en todos los clásicos otoñales mostraba enorme capacidad bateadora y liderazgo.

Pero anote esto: después de recibir base en su primer turno, Reginaldo Martínez Jackson conectó sus cuadrangulares ¡al primer lanzamiento que le hicieron! para la locura general en medio de un clima gélido en el Yankee Stadium.

Las víctimas de sus históricos batazos fueron a Burt Hotton, Elías Sosa y Charlie Hough.

En ese octubre 18 de 1977 Reggie empataba a Babe Ruth con tres para la calle en un partido, luego de que el Bambino lo había hecho hasta en dos ocasiones; en 1926 y 1928.
Y mire qué cosa: en el quinto choque también en su último turno al bat había pegado de jonrón, o sea que alcanzó a dar cuatro al hilo.

En la Serie del 77, la que disfruté de lo lindo en el bello puerto jarocho de Veracruz, “Mr. Octubre” pegaría un total de 5 obuses de muy altos kilates.

Reggie Jackson en verdad que fue algo grande tanto, especialmente con los Atléticos de Oakland, Yankees de Nueva York y Angelinos de Anaheim.

“El Cometa de Carolina”

La serie del 71 elevó notablemente la figura de un héroe casi desconocido: Roberto Clemente, quien se inspiró para guiar en siete juegos a sus Piratas al triunfo sobre los Orioles de Baltimore.

El boricua bateó para .414, dio de hit en cada uno de los partidos para coleccionar 12 imparables, incluyendo dos dobletes, un triple y dos jonrones, además de cuatro impulsadas.

Y luego, con su poderoso brazo cortó varias aspiraciones de los Orioles intentando anotar carreras. Claro, Clemente fue el Jugador Más Valioso del clásico.

Su actuación llegó al climax en la cuarta entrada del séptimo cuando le pegó cuadrangular a Miguel Cuellar para romper el emparte a 0 y minutos más tarde ganar 2-0 para ser los campeones mundiales ante un tremendo trabuco que era el súper favorito.

Clemente, “El Cometa de Carolina”, recuerde usted, moriría en la noche del año nuevo 72-73 cuando el avión en que trasladaba ayuda a los damnificados de un terremoto de Nicaragua cayó al mar sin que nunca pudieran encontrarse sus restos.

 
Foto de Jesus Alberto Rubio Salazar.