Invitación abierta: este martes, a partir de las 17:00 horas, se develará un busto en honor a Fausto Soto Silva, además de la nomenclatura que llevará su ilustre nombre una de las dos calzadas que llevan al Estadio Sonora.
Qué gran homenaje a quien es un icono de la radiodifusión en general y quien marcó toda una época como uno de los mejores narradores del béisbol a partir del béisbol que se jugó en la Liga Invernal de Sonora.
Recordemos que sus amenas, singulares y vibrantes narraciones como cronista del Club Naranjeros eran por demás emotivas.
Fausto paseaba el imaginativo de los radioescuchas al juego de pelota jugada tras jugada de una manera inigualable, con pasión, entrega, amor a su ilustrativa crónica.
En su tiempo se ubicó a la altura de talentos como Don Agustín de Valdez, Rafael Reyes Nájera, “Kid Alto”; Eduardo Valdez Vizcarra, Octavio Ibarra, Óscar “El Rápido” Esquivel…
Fue él quien bautizó como “Kalimán” a Sergio Robles. Igual hizo con el estadio “Héctor Espino”, llamándole en 1972 como “El Coloso del Choyal”.
De Sergio Robles, novel receptor quien llegó en 1966 a los Naranjeros, quedó admirado e impactado cuando vio cómo se encaramaba en el back stop buscando atrapar un foul… bien cuando corría junto con el bateador hacia primera para proteger los tiros del cuadro.
Soto Silva nació en Churunibabi, municipio de Nacozari de García, el 3 de junio de 1936, pero muy joven se trasladó a Cananea, donde comenzó a incursionar en la radiodifusión. De allí viajo a Hermosillo, donde consolidó una exitosa carrera tras los micrófonos.
Cómo lo conocí
Le voy a contar la forma en que en aquellos días conocí a Fausto:
Tuve el privilegio de que entre 1963-64, siendo alumno del cuarto año en la escuela primaria Vicente Mora, me hizo una entrevista en vivo para la XEDM.
En los primeros años de la década de los 60´s, Fausto visitaba los planteles escolares para entrevistar a niños con el mejor rendimiento escolar.
Era un gustado programa que por sus alcances humanos y sociales todas las familias seguían por la radio.
Así, sin imaginar todo lo que le esperaba al gran Fausto, tuve la fortuna de “colarme” entre esos imberbes para un primer contacto personal con él, “en vivo y a todo color”, ahí a un lado de un piano ubicado a la entrada del plantel.
25 años en la crónica
Una vez el colega Ignacio Peña escribió que “al principio Fausto sólo se dedicaba a la crónica deportiva, y a un programa musical llamado “Complacencias de la XEDM”.
Luego, ya dentro del béisbol invernal, antes de cada encuentro, tenía un programa de comentarios previos llamado “Tópicos deportivos”.
Y así era, amigos.
Fueron 25 años cronista de los Naranjeros de Hermosillo; en distintas etapas tuvo de pareja a Ricardo Acedo Samaniego y al “Rápido” Esquivel.
El gran colega también fue presidente del Consejo Elector del Salón de la Fama del Beisbol Profesional de México.
Un personaje que en los 80´s, ya en el “Héctor Espino”, sin que nadie lo esperaba, dijo adiós al micrófono para dedicarse a la publicidad y a su programa “Radio Periódico” en la “DM” de toda su vida.
Ahí donde acuñó frases que son inolvidables: “Lo mejor de la vida, la vida misma”; “Llueva, truene o relampaguee…” y “Aquí, al pie del cañón, al pie de la cureña”.
Por más de 50 años mantuvo al aire el programa Radioperiódico en la estación XEDM de Hermosillo.
Su estilo en las crónicas deportivas y entrevistas periodísticas fue inigualable.
Era un maestro del micrófono en toda la extensión de la palabra y siempre tenía abierto el micrófono para los radioescuchas.
Por trascender como periodista radiofónico, locutor, cronista deportivo y comentaristas de todo tipo de tópicos, en el 2003 recibió de manos del entonces presidente Vicente Fox el Galardón “Antena”, que otorga el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y la Televisión (STIRT).
Sin embargo, por prescripción médica, se retiró en 2008 del aire, pero regreso en abril de 2009 a la cabina de la XEDM, de Grupo ACIR Hermosillo.
Este regreso fue breve, pues su corazón le impidió mantenerse más tiempo.
A sus 73 años, por problemas cardiacos, se despidió definitivamente de los micrófonos el 29 de mayo de 2009.
Su partida física…
Más tarde, el 13 de diciembre, falleció en su hogar, en la colonia Las Huertas, precisamente a causa de un infarto al miocardio.
El 29 de marzo de 2010, en el marco de un congreso estatal que llevó su nombre, los miembros de la Asociación Sonorense de Cronistas Deportivos le brindamos un homenaje póstumo.
A la ceremonia asistieron sus hijos Iveth, Fausto y Julio César, quienes agradecieron el gesto de los cronistas deportivos por recordar a su señor padre recién fallecido.
Le puedo asegurar de que de haber seguido en la crónica/narración de beisbol, desde hace rato fuese un miembro distinguido del Recinto de los Inmortales. Pero, aún es tiempo.