La misiva va firmada por Paulo Carreño, coordinador de Marca País y Medios Internacionales de la Presidencia de la República. En sus párrafos iniciales, la carta asevera que la rendición de cuentas es “la más alta prioridad” de la administración del presidente Peña.

Advierte también que el citado editorial no refleja las “acciones concretas” emprendidas por el gobierno mexicano para fomentar una mayor transparencia. Menciona, en concreto, la ratificación de la ley de transparencia; las medidas adoptadas para fortalecer la Auditoria Superior de la Federación, la ampliación de las facultades del Tribunal Fiscal y el establecimiento de comités locales anticorrupción.

“El presidente Peña Nieto trabaja, junto con el Congreso, en las leyes secundarias que serán marco del Sistema Nacional Anticorrupción, que representa un paradigmático cambio en nuestro sistema legal”, escribe Carreño.

Y es que el cotidiano sostiene que después de tres años en el cargo, es probable que el Presidente de México sea recordado más como un jefe de gobierno que evitó rendir cuentas, que como el líder transformador que muchos mexicanos creyeron haber elegido.

“El gobierno mexicano ha tratado de lavarle la cara a varias verdades incómodas y ha minimizado más de un escándalo”, dice el texto de NYT, firmado por el consejo editorial de ese diario.

Ilustra lo arriba escrito con el tema de la llamada Casa Blanca, que “un contratista” (Juan Armando Hinojosa, del Grupo Higa) puso a disposición del presidente Peña y de su esposa. La carta de Carreño hace referencia al asunto. Dice que el jefe del Ejecutivo ordenó una investigación sobre el posible conflicto de interés derivado de la compra de la casa más famosa en lo que va del sexenio.

Destaca también que a partir de que se publicó ese asunto se estableció la obligación, para todos los funcionarios, de declarar posibles conflictos de interés. Se creó una unidad especializada en ética y prevención de conflictos de interés, puntualiza el funcionario de la Presidencia.

El editorial del periódico neoyorkino destaca que el Presidente le encargó la investigación a un “amigo cercano” (Virgilio Andrade, secretario de la Función Pública).

“Nadie se sorprendió cuando esa investigación no encontró pruebas de ningún comportamiento indebido del Presidente”, señala el periódico.

Y añade: los periodistas que revelaron la existencia de la Casa Blanca “se quedaron sin trabajo”.

El New York Times hace también referencia a la fuga de El Chapo y a la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, en septiembre de 2014.

No hay espacio para reproducir toda la carta. Sólo diremos que lo referente al gran escape, subraya que nunca se ocultó la posible complicidad de los funcionarios del penal.

Destaca que se giraron 23 órdenes de aprehensión contra los presuntos implicados, que 13 fueron detenidos y que el responsable del sistema penal fue cesado.

En lo que se refiere a los normalistas, el funcionario afirma que la administración no sólo dio todo el respaldo a los expertos internacionales del GIEI, sino que se aceptaron sus recomendaciones y se extendió por seis meses su mandato para continuar con la investigación.

Y abordó un asunto que se le reprocha con insistencia al gobierno. Su negativa a que integrantes del Ejército sean interrogados por expertos extranjeros.

“Casi 50 miembros del 27 batallón de las Fuerzas Militares (con sede en Iguala) han declarado ante el Ministerio Público conforme a las leyes mexicanas, lo que muestra el compromiso de la administración con las sugerencias del GIEI”.

El consejo editorial que firma el texto lo integran 18 miembros, intelectuales en su mayoría, que tienen experiencia periodística en Estados Unidos, Europa y Asia. “Hay un colombiano que nunca ha vivido fuera de la Unión Americana”, nos aseguran.

El hecho de que el editorial haya aparecido sin tener como base algún hecho reciente o alguna efemérides —como suele ocurrir en ese periódico— llamó poderosamente la atención en los corrillos políticos.

No faltó quien sugiriera que Carlos Slim, accionista del NYT, está detrás de la publicación de ese texto, pero voces autorizadas lo descartaron definitivamente.

  • Agustín Basave no quiere aparecer como títere de las corrientes internas del PRD y, mucho menos, como rehén de personalidades del partido.

Por eso se mantiene firme en renunciar a la Presidencia de esa agrupación de izquierda si no se autoriza lo pactado con el PAN.

“Es mi última palabra. Si me desautorizan las alianzas me voy”, nos dijo ayer en unWhatsApp.

Lo reiteró después de que Miguel Barbosa, coordinador de los senadores del PRD, se pronunciara por una alianza de la izquierda con la izquierda y de la derecha con la derecha.

  • Por cierto, la Comisión Permanente del PAN está citada hoy para discutir las alianzas. Podemos intuir que sus integrantes aprobarán ir en coalición con el PRD en las elecciones de gobernador en Durango.

El abanderado será el senador del azul José Rosas Aispuro. Se discutirá también la posibilidad de aliarse con el amarillo en Zacatecas. En el interior de Acción Nacional se habla de respaldar al cuñado del exgobernador del estado, Pedro de León, como candidato de la coalición, pero eso todavía no es un hecho.