Distractores

Mensaje directo

FABIOLA GUARNEROS SAAVEDRA

02 de Agosto de 2020

Primer acto: regresa a México el avión presidencial —adquirido en 218 millones de dólares en 2012– y se exhiben los lujos de la aeronave: una elegante oficina y una sala de juntas; una recámara con una cama king size, regadera y caminadora; internet de alta velocidad; teléfonos satelitales, pantallas para cada usuario.

Se informa que sólo se ha vendido 25% de los cachitos para el sorteo de la Lotería. Y el jueves, tras el exhorto del coordinador parlamentario Ricardo Monreal, la mitad de los senadores de Morena aceptó entregar parte de su dieta de los próximos 45 días para la compra de boletos.

Segundo acto: Emilio Lozoya salió del hospital y enfrenta el proceso judicial por los delitos de operación con recursos de procedencia ilícita, delincuencia organizada y cohecho en libertad condicionada y con brazalete de localización. Rosario Robles no tuvo los mismos privilegios.

¡Claro!, el juicio de Lozoya “será un hito en la historia de México”. Lo dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien llamó al pueblo de México a estar pendientes de todo el juicio, “que no sea nada más un asunto de tribunales, que sea un asunto de un tribunal ciudadano, popular”, planteó.

Tercer acto: en el Congreso de la Unión se fractura el bloque opositor. Votos de legisladores del PRI permiten que en el periodo extraordinario se apruebe la ley que autoriza al gobierno federal a comprar medicamentos fuera del país.

En el preludio, se intenta aprobar la Ley general de Salud Mental vetada por organizaciones defensoras de derechos humanos, de las personas con discapacidad, la ONU y CNDH, por carecer de los consensos básicos y violar diversos ordenamientos internacionales.

Y en el epílogo, Morena en San Lázaro busca duplicar la tasa del IEPS a los productos que causan obesidad: aumentar a 35% el impuesto a cervezas, hasta 80% a las bebidas alcohólicas, subir a 1.4944 pesos el pago de impuestos por cada cigarro, aplicar un peso extra a los refrescos y pasar de 8% a 16% el impuesto a la denominada comida chatarra.

¿Cómo se llamó la obra? Distractores.

Sucesos polémicos, escandalosos y que funcionan muy bien cuando se trata de no entrar al fondo de asuntos que ya afectan la vida, la paz y los bolsillos de los mexicanos. Mejor hacer un tour por los pasillos del avión presidencial que hablar de la violencia contra las mujeres o la familiar, y ni mencionar los desafíos de los cárteles de la droga.

Más conveniente hablar de la salud y trato a Lozoya que de las pérdidas económicas en las empresas que son la apuesta gubernamental, como Pemex, que sigue demostrando que ya no es negocio.

De acuerdo a la nota periodística de Nayeli González (Excélsior, 29/07/20), de enero a junio la petrolera registró pérdidas netas por 606 mil 587 millones de pesos, su peor resultado en los últimos años. ¿A qué equivale ese dinero perdido? A un año de presupuesto para todo el sector salud nacional; cuatro años del presupuesto de la pensión para adultos mayores y casi tres años del gasto para seguridad nacional e interior.

Se vuelve muy conveniente polemizar sobre el uso del cubrebocas y atizar el conflicto entre Hugo López-Gatell y los gobernadores, que reconocer la crisis económica y diseñar estrategias para contrarrestar el desempleo y la pobreza, que está golpeando a los sectores más vulnerables.

En abril, el primer mes del confinamiento, 9 millones 392 mil 877 mujeres se quedaron sin empleo (43.1% de la fuerza laboral femenina adulta), de acuerdo con la Encuesta sobre el Impacto del covid-19 en el Mercado Laboral, elaborada por el Inegi, que detalla que, en ese mes, 15 millones 674 mil 196 personas de 18 años y más no tenían empleo.

Pero hay un dato muy preocupante: la pandemia ha impactado más a la población no económicamente activa que ha dejado de buscar un empleo, pero que está deseosa de laborar, los llamados “desesperanzados laborales”, cuya cifra ascendió a 13 millones 613 mil 258 personas, según la nota periodística de Paulo Cantillo (Excélsior, 27/07/20).

Las mujeres tampoco tienen certeza de poder reincorporarse al mercado laboral una vez superada la emergencia, en esta situación están 6 millones 820 mil 802.

Durante mayo, 69.6 millones de mexicanos no tuvieron para la canasta básica, de acuerdo con un análisis el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que calculó que la población del país en pobreza laboral llegó a 54.9 por ciento.

La pérdida de empleos durante los dos primeros meses de la contingencia ocasionó que el ingreso laboral por persona se ubicara en 2,068 pesos mensuales.

El Inegi anunció que, tras revisar las estadísticas económicas de abril, mayo y junio, la economía mexicana se desplomó 18.9%, lo que significa 10 años de retroceso.

Estos son los datos duros de una realidad que agobia. “¿Qué puedo decirle a la gente? Que ya pasó lo peor, que funcionó la estrategia y nos estamos recuperando, que los datos son hasta el mes de junio, no incluyen julio”, fue la respuesta del Presidente de la República, quien sugirió que se requiere un nuevo método de medición de la pobreza para ajustarlo a las políticas instrumentadas por su administración.

Independiente de la herramienta de medición de la pobreza, le pregunto, ¿cuánto hay en el monedero, en la cartera, en la cuenta del banco?, ¿qué dejó de comprar o pagar? ¿A cuánto asciende su deuda?

Le dejo un último dato: la Comisión Económica para América Latina y el Caribe pronosticó que 49.5 de cada 100 mexicanos vivirá en pobreza y 17.1 en pobreza extrema a finales de 2020.