La verdadera rifa

• Es sabido que los mexicanos nos reímos de nuestras tragedias y parte de nuestra tragedia es eso.

 

21 de Enero de 2020

Torreón todavía resuena en la memoria. Aparece la historia familiar –el horror y el vacío en lugar del cariño y el amor hogareño– y en esas estamos cuando cae la nota del Inegi: cada mes hay cincuenta suicidios infantiles. Excélsior dominical cabecea: México busca a 11 mil niños desaparecidos; y Mario Luis Fuentes, ayer, remata, 10 mil cráneos y 200 mil fragmentos humanos en análisis. Y el Presidente con su rifa.

Es sabido que los mexicanos nos reímos de nuestras tragedias y parte de nuestra tragedia es eso. Los memes y chistes invadieron las pantallas, el avión estacionado frente a una pequeña vivienda. “Rifemos al Presidente, quedémonos con el avión”. Hoy es lunes negro, el de la consabida depresión de invierno y hace frío. Pero, más allá de la anécdota, ¿cómo reírse? Alrededor de 35 mil homicidios dolosos, 98% de impunidad; 340 mil empleos menos que en el 2018. En los pronósticos de crecimiento, el promedio para el 2020 es ya un 1%; es sólo el comienzo. Por supuesto que también hay buenas noticias como la del T-MEC que inyecta certidumbre a ciertos sectores, pero no es suficiente para contrarrestar la brutal caída en la inversión. Ya se comieron la mitad del Fondo de Estabilización y la recaudación caerá este año. ¿De dónde van a sacar para los proyectos faraónicos? ¿Risas?

“No me subiré” lanza desde Oaxaca y baraja opciones de rifa y venta. A quién le interesa la trama del capricho presidencial cuando el sistema de salud sangra y se colapsa. Para la comunicación es un genio, dicen algunos, ya no hablamos de escasez de medicamentos, del desastre del sistema de salud, dicen algunos. Pero no hablar de nuestras tragedias sólo las agrava. ¿Genio? Julio Frenk y Octavio Gómez-Dantés –quienes saben y mucho de la materia– nos recordaron, durante el 2019, en sus artículos de Nexos y ahora en el libro Proteger a México, de los riesgos de acabar con el Seguro Popular que atendía a más de 53 millones de mexicanos pobres con 65 operaciones de alto costo. Salomón Chertorivski ha insistido hasta el cansancio en explicar los orígenes y utilidad del Fondo para Eventos Catastróficos que hoy ya no tiene sustituto. Ya estamos allí. ¿De qué nos reímos?

Los distractores nos hacen olvidar que el huachicol ha crecido en varias entidades, Michoacán, Estado de México; en Hidalgo el crecimiento fue de más del 100%.

Distractores para dejar de lado el amenazante paquete de reformas al sistema de justicia que permitiría el espionaje telefónico por delitos fiscales y electorales. ¿Y qué decir de la tentativa de limitar el juicio de amparo para cancelar esa centenaria fórmula jurídica que ha impedido algunos atropellos de la 4T? ¿Reírnos?

Y entre tanto, aparecen las fotografías de las Fuerzas Armadas conteniendo a los migrantes, trabajo sucio que no les corresponde, que no nos corresponde. Como aderezo, frente a la catarata de recursos para garantizar votos, el Comité Olímpico Mexicano rasca las paredes para conseguir 23 millones para la delegación que irá a Japón. ¿Cuáles son las prioridades?, el orgullo nacional no es asunto menor. Y, por si fuera poco, el Inegi da a conocer que uno de cada dos ciudadanos sufre de extorsión policiaca. ¿Reírnos?, pero si de acuerdo con Excélsior 30% de las mujeres adultas ha sufrido agresión sexual.

Son públicas las advertencias –por no llamarlas amenazas– a los gobernadores que no se sumen a diversas iniciativas del gobierno federal, incluido el Insabi. Ése es el federalismo de la Cuarta Transformación. Pero la lista no acaba, pues la espada de Damocles pende sobre el Instituto Nacional Electoral con la intención de acabar con el perfil de autonomía e independencia que costó tres décadas construir. Esa institución –eje del andamiaje– está en la mira para lograr mayor concentración de poder. ¿Cómo reírse cuando gobierna una épica de la destrucción que está avasallando a México?

No perdamos el humor, pero la salud, la seguridad, el bienestar la vida de decenas de millones están en el aire.