El impeachment

Nudo gordiano

YURIRIA SIERRA

El impeachment

Donald Trump hizo historia. Ya no sólo está su nombre escrito en el compendio de los Estados Unidos del siglo XXI. Está también en un lugar que pocos, muy pocos, han logrado. Mientras presume ser el presidente que más ha hecho por su país, se regodea en encuestas de dudoso origen, se construye una realidad alterna en la que casi, casi deberíamos agradecer todos su existencia, la silla del acusado será pulida

 

19 de Diciembre de 2019

“Estamos aquí para defender la democracia para el pueblo (...) Solemne y tristemente abro el debate sobre la destitución del presidente de Estados Unidos. Si no actuamos ahora, estaríamos abandonando nuestro deber. Es trágico que las acciones imprudentes del presidente hagan necesaria la destitución. No nos dio otra opción...”, con estas palabras de Nancy Pelosi inició la histórica sesión legislativa en el Congreso de EU.

Siempre fue su objetivo. Lo alcanzó. Donald Trump hizo historia. Ya no sólo está su nombre escrito en el compendio de los Estados Unidos del siglo XXI. Está también en un lugar que pocos, muy pocos, han logrado. Mientras presume ser el presidente que más ha hecho por su país. Mientras se regodea en encuestas de dudoso origen. Mientras se construye una realidad alterna en la que casi, casi deberíamos agradecer todos su existencia. La silla del acusado será pulida. La pondrán lista para él, el presidente de Estados Unidos que hizo historia y será juzgado.

Sólo dos antes que él. Y aunque el panorama no luce distinto al que hemos escrito en este espacio, la aprobación del juicio político que ayer decidió una mayoría demócrata en la Cámara de Representantes lo vuelve una realidad y ésta abre todas las posibilidades. La esperanza de que los pronósticos caminen a contracorriente toma vida. Podría ser destituido.

Miércoles 18 de diciembre, el “Día D” de Trump. Al momento que los legisladores debatían avalar su expediente políticamente criminal, el presidente reiteraba su inocencia en Twitter. Sentenciaba que no podría salir por esta vía —el impeachment— porque no hizo nada malo. Exigía a congresistas leer las transcripciones de la llamada que tuvo con el presidente de Ucrania. También pedía a sus seguidores, por si ninguna de las aseveraciones pasadas tenía efecto, que rezaran por él.

Durante ésta, la primera discusión sobre el impeachment, uno de los ponentes propuso que Rudy Giuliani, el leal abogado y amigo personal de Trump, testifique ante el Senado en la siguiente etapa del proceso, la que estaba en veremos, pero que se confirmó ayer mismo por la noche. Y, ante esta iniciativa, llegó la audacia: los republicanos compararon este momento con el juicio que enfrentó Jesucristo. Así de grave la falta de argumentos de la defensa. Tan escaso el discurso en su favor, que Trump envió, horas antes, en las últimas del martes, una carta a Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, la responsable de que hoy él haya hecho historia. En ella señaló que su intención de enjuiciarlo es un abuso inconstitucional sin precedente en los casi 250 años de historia de EU. La calificó como una guerra a la democracia. Advirtió que los estadunidenses los harán rendir cuentas en las elecciones del 2020.

“Hoy será un día de muchas cosas. Lo que es injusto. Lo que no es acerca de la verdad...”, expresó uno de los republicanos a quienes no les quedó otro papel que proteger al presidente que salió de su partido. El indefendible que sólo cuenta con una mayoría en el Senado, que bien podría ser suficiente para que éste, el tercer juicio político a un presidente de EU, no tenga una sentencia fatal para el acusado. Por lo pronto, Trump será juzgado por abuso de poder y obstrucción del Congreso, mientras a él sólo le queda decir que sus opositores están consumidos por el odio. 45 tuits en un solo día. Y ningún senador republicano que quiera hacer historia en enero. Así.