Por EULALIO VALDEZ

Era del mero Baburias, en Sinaloa municipio. Desde muy joven Froylán Rodriguez emigró a Los Mochis en busca de fortuna. Pronto mostró su capacidad de liderazgo en el sector obrero, cuando ya Don Fidel Velázquez estaba empotrado como jerarca de la CTM.

Organizó a los trabajadores de la industria de la carne en un sindicato, convirtiéndose en el jefe nato, brincando a posiciones políticas. Fue dirigente de la Federación estatal de la CTM Y Diputado Federal.
Froylan, gracias a su carisma y plena identificación con las causas de los trabajadores, era bien apreciado por sus compañeros de clase.

Como buen sinaloense le gustaba organizar comelitonas, donde se degustaban ricos platillos teniendo como marco las notas musicales de la popular tambora de don Porfirio Amarillas, que llegó a ser regidor, porque entonces la CTM ponía a los alcales.
A uno de esos convivios, donde por supuesto Froylán era el rey, el centro de todas las atenciones y merecimientos, asistió Alfonso G. Calderón, quien entonces apenas hacia pininos en la política sindical.
En la larga mesa de un restaurante de moda, centro obligado de políticos, Calderón logró ocupar un espacio, allá en lo mas alejado del anfitrión del evento.

Cohibido, sabedor de que no eran sus terrenos, Calderón fue poco a poco al calor de las bebidas embriagantes adquiriendo valor.

La tamborá le ponía mas calor a aquel ambiente de euforia, donde todas las canciones eran dedicadas a Froylán, el centro de la pachanga.

De pronto la banda de música empezó a tocar “La Espinita” “Sabes que me estas matando, que estas acabando con mi juventud…”

Froylán gritó entonces:
—–¿Quien mandó tocar esa canción…?

Desde el fondo vino la respuesta:
—Fue Calderón , señor!!!

Entonces en tono hiriente, como un azote, Froylán gritó a todo pulmón, soltando la carcajada:
—AH!, YA HASTA CALDERÓN PIDE CANCIONES?

Todos los asistentes festejaron la ocurrencia del nacido en Baburias.

Aquella humillación nunca se le olvidó a don Alfonso.

Nunca se imaginó Froylán que aquel que fuera obrero del ingenio azucarero iba algún día a ser presidente municipal, Senador de la República y Gobernador de Sinaloa.

Por eso dicen que la política da muchas vueltas