Gritos y sombrerazos

 

 

31 de Diciembre de 2018

…será porque el valiente de palabra es muy ligero de pies,

que para el arriero el aguacero,

y que soy de los que aúllan cuando el coyote,

hasta que se cansa y corre.

De modo de que para qué tantos gritos y sombrerazos…

Agustín Yáñez, Las Tierras Flacas

 

El otro día, en Torreón, Coahuila, el Presidente dio una muestra de su poco frecuentada inclinación a lo que sería la tolerancia, y su afición al refranero popular, ese del que me canso ganso. Ante los gritos de “muera el PRI”, patrocinados por alguien que quería congraciarse con López Obrador, el Presidente rompió la orden del día, tomó el micrófono e instó a los jóvenes de ese coro fácil, por citar a Echeverría, a la contención, la urbanidad política y el respeto. Nada de gritos y sombrerazos, dijo. “Yo fui opositor durante muchos años, pero muchos años. Y nunca usé el Muera el PRI o Muera el PAN. Nunca. No me gusta eso”.

Cualquier analista del ideario y la conducta del Presidente encontrará muchas referencias a principios bíblicos; lo cual no está mal. Todos los sujetos a la cultura judeocristiana compartimos esos principios y muchos de sus ordenamientos, de los Diez Mandamientos para acá. El asunto es que no hay una sola Biblia, sino libros en dos líneas: la judía del Talión, del ojo por ojo y de la venganza de Jehová echando encima plagas y molestias a su pueblo elegido, y la del Nazareno con la otra mejilla, la defensa de la Magdalena lapidada y el “perdónalos Señor, es que no saben lo que hacen”.

¿Cuál es la Biblia de López Obrador? Si nos atenemos a la decisión de privar a los expresidentes de este país de pensión, protección y apoyo, y de correr de sus puestos directivos a todos los que huelan al pasado, su Biblia es la del Talión: el que la hace la paga. Si nos referimos al perdón específico por el inmenso huachicoleo de arriba de combustibles de los directores de Pemex, desde Jorge Díaz Serrano (1976-1981) hasta Emilio Lozoya Austin y Carlos Treviño, de quienes el Presidente dijo: de que sabían del robo, sabían, estamos en el Nuevo Testamento, el Cristianismo. Los mexicanos, que en la teoría somos dueños de Pemex, debemos poner, cristianamente, la otra mejilla.

Los que han leído la Biblia saben que Jehová era muy de grito y sombrerazo; se enojó ante la primigenia violación de su ley, que la hizo Eva, y así siguió. Jesús, que era piadoso, perdonaba todo, pero no a todos.

¿Así vamos a seguir en este país? O a gritos y sombrerazos.

PILÓN.- Tal vez el accidente del helicóptero en Puebla el día de Nochebuena tenga todavía muchas lecciones que darnos, si las investigaciones son serias y honestas. Por lo pronto, la gente dedicada a la difusión de información ya recibió una muy importante lección: las noticias no toman vacaciones. Las grandes estrellas de la televisión y la radio informativas en México no estaban a la mano para enorgullecerse con haber tenido la primicia: todos estaban de vacaciones. Joaquín hizo un enlace de flash informativo desde donde andaba, pero al igual que sus demás colegas confió el seguimiento a los que estaban en sustitución de.

Ni las señoras Maerker o Aristegui, ni los señores Cárdenas o CurzioGómez Leyva o Alatorre, pudieron decirles a los demás, como niños con juguete nuevo: lo dije yo primero.

Zabludovsky en sus tiempos de Gran Informador nunca tomó vacaciones en Semana Santa o Navidad; se puede pensar que había motivación religiosa en la decisión, pero los judíos practicantes celebran la Hanukkah o fiesta de las luces alrededor de nuestro diciembre, y la Pascua coincide, desde los tiempos bíblicos con la semana del juicio y la Crucifixión de Jesús. Jacobo más bien estaba animado por el pragmatismo de evitar las aglomeraciones en los sitios de descanso y recreo en Madrid o Nueva York.

Desde luego que las estrellas de la noticia necesitan y merecen un descanso. En la satisfacción de esos dos elementos, la necesidad y el merecimiento, se esconde el riesgo de que los agarren fuera de base, como fue este caso: el fin de año estuvo, en todos los informativos, ocupado en hacernos un recuento de las noticias del 2018, mientras el desplome en Puebla no había sucedido. Algo semejante, pero no igual, sucedió el Año Nuevo de hace 25 años, con el surgimiento de un fantasma que se sigue llamando Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Y que, dicen, ya le declaró la guerra a AMLO. Como se la declaró hace 25 años a Salinas