Nudo gordiano

YURIRIA SIERRA

Amnistía y legalización

La idea es que, para noviembre, previo al arranque del nuevo gobierno, se tenga ya una iniciativa lista para presentarse en el Congreso para su discusión

 

07 de Julio de 2018

El gran pendiente de la próxima administración. Oh, bueno, uno de los grandes pendientes. El combate a la inseguridad y los grupos criminales, esos que han generado una violencia irracional que tiene a México teñido de rojo. Y una de las propuestas de Andrés Manuel López Obrador, tal vez la más polémica, es el uso de la Ley de Amnistía, un “reto político”, como lo calificó la propuesta para llevar la Seguridad Pública los próximos seis años, Alfonso Durazo. Ayer, él, junto a Olga Sánchez Cordero (anunciada ya como secretaria de Gobernación), Loretta Ortiz y Zoé Robledo (destapado ya como subsecretario en Segob), anunciaron los primeros pasos de este proceso, que forma parte del plan de pacificación: Consultas a organizaciones sociales, organismos internacionales, iglesias y especialistas en materia de seguridad y de derechos humanos, todo con miras a la aplicación de la amnistía.

Entre los detalles que ofrecieron, de entrada, es la seguridad de que a ésta no accederán quienes hayan cometido delitos graves o de lesa humanidad ni personas que formen parte de grupos del crimen organizado (narcotraficantes, secuestradores, sicarios, gente dedicada a la trata de personas); será para quienes hayan sido obligados a cometer algún delito: Niños utilizados como “halcones”, mujeres que trasladaron droga, y campesinos cuya única opción es la siembra de droga. Y, como lo anunció López Obrador durante el proceso electoral, se invitará a organismos y figuras internacionales: La ONU, el papa Francisco, Amnistía Internacional, etcétera. La idea es que, para noviembre, previo al arranque del nuevo gobierno, se tenga ya una iniciativa lista para presentarse en el Congreso para su discusión.

Y no es la única discusión que se aproxima. Hay otra que finalmente será una propuesta en forma: “Yo lo plantearía. Acaba de resolver la Suprema Corte el cuarto precedente. Yo estuve ahí, integrando la primera sala con algún precedente del uso lúdico de la mariguana. Canadá ya tiene despenalizada esta droga. Estados Unidos la tiene, prácticamente en la mitad de sus estados, despenalizada. Nosotros, aquí en México, nos estamos matando. ¿Cuál es el tema? ¿Por qué no? Es la tendencia mundial. En muchos de los países europeos también ya está despenalizada. Y nosotros aquí, con la penalización que tenemos de la droga, la lucha y la violencia que tenemos. El otro de los temas es el uso de la amapola para fármacos. Las farmacéuticas requieren de la amapola. Unos datos: Hay 120 poblaciones pequeñas en la sierra de Guerrero que dependen del cultivo de la amapola...”, me lo dijo Olga Sánchez Cordero en entrevista en Imagen Radio.

En este espacio lo he expuesto, con más énfasis desde la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa: Es inconcebible que México, uno de los países donde más se cosecha y vende mariguana, el segundo territorio en el mundo donde se produce más heroína, apenas después de Afganistán. Es inconcebible que, con su violencia y su sangre derramada, en nuestro país no se haya hablado en serio de la legalización como una posibilidad real, como una pieza más del combate al narcotráfico.

En octubre de 2014: “Hace apenas un mes, la policía mexicana realizó el primer hallazgo de sembradíos al sur del estado de Chiapas. Así empezó la amapola en nuestro país: Nomás aclimatándose...”, escribí en esta columna.

Han pasado casi cuatro años, no hemos avanzado nada más que en las resoluciones que buscan generar jurisprudencia para el uso lúdico de la mariguana. Falta un amparo para que esto se logre, ¿a este paso queremos combatir al crimen organizado? 

La ministra en retiro espera que, con su propuesta, se analice —de entrada— la posibilidad de hacer legal la siembra, cosecha, trasiego y uso lúdico de la mariguana; también que la amapola esté al alcance de las farmacéuticas para la fabricación de medicamentos. Ya era hora.

Dos propuestas en marcha, a menos de una semana de la elección. El festejo por la victoria en urnas duró poco, se han puesto a trabajar. No es para menos, las expectativas son demasiado altas para sus más de 30 millones de votantes, y para esos otros que no lo votaron, pero para los que también tendrá de gobernar