Ricardo Anaya durante su discurso ya como candidato presidencial de Por México al Frente. Foto: Eduardo Miranda

Descripción: Ricardo Anaya durante su discurso ya como candidato presidencial de Por México al Frente. Foto: Eduardo Miranda 

 

 Haciendo a un lado los escándalos de posible corrupción en los que ha sido involucrado Ricardo Anaya, el diario The Economist hace una fuerte apuesta por el candidato presidencial de la coalición “Por México al Frente”, a quien califica de “formidable debatiente”.

“Es Anaya quien ofrece la mejor esperanza para derrotar a (Andrés Manuel) López Obrador. Apenas tiene 38 años. Con su cabello corto y gafas, parece un fanático de la escuela. Es un formidable debatiente y operador político que habla con un apuntador láser”, subraya en su edición de este viernes.

 Y destaca que varias encuestas coinciden con la afirmación de que la contienda por la Presidencia de México es entre Anaya y López Obrador, a quien –como la ha hecho en anteriores ocasiones–califica de “mesiánico” y “populista”.

En entrevista con el semanario inglés, Anaya subraya al respecto: “Esta es una muy cerrada elección entre dos opciones de cambio”.

Añade: “La pregunta es qué tipo de cambio quieren los mexicanos. Andrés Manuel López Obrador propone un cambio con ideas que son muy viejas y que han fallado en el pasado”.

Sin embargo, el medio resalta una serie de obstáculos que tendrá el exlíder panista rumbo a la Presidencia, por ejemplo, que los ataques contra el Partido revolucionario Institucional (PRI) se le reviertan.

“Sus ataques despiadados contra el PRI son una espada de doble filo. Si el señor (José Antonio) Meade no tiene ninguna posibilidad de victoria, es más fácil para los priistas irse con AMLO que con él”, precisa el historiador Enrique Krauze a The Economist.

Según la revista británica, los mexicanos nunca antes habían querido tanto el cambio, pues el gobierno priista de Enrique Peña Nieto es impopular.

“A pesar de que logró importantes reformas de educación y energía, no ha logrado combatir la delincuencia, corrupción y tampoco ha mejorado la economía, los temas que más le importan al público”, afirma.

La revista también considera que cuando el PAN gobernó México, de 2000 a 2012, no lo hizo mejor. “Eso significa menos resistencia para López Obrador que en 2006 y en 2012, donde estuvo cerca de ganar la Presidencia”, dice al medio Jorge Castañeda, exsecretario de Relaciones Exteriores.

The Economist añade que en dichas campañas el exjefe de Gobierno capitalino se presentó como un fanático empeñado en devolver a México a su pasado proteccionista y nacionalista, pero ahora sus amigos insisten en que se ha suavizado.

“Ha hecho acercamientos a los negocios y al norte capitalista de México. Su promesa de revisar todos los contratos emitidos a compañías privadas de energía no significa rechazarlos, según Alfonso Romo, un empresario de Monterrey que lo asesora”, sostiene.

La publicación cuestiona que por un lado López Obrador expresa su preocupación por el “México olvidado” de los pobres y los indígenas, pero por el otro ha hablado de una amnistía a los criminales y abrió las puertas a antiguos aliados del PRI.

“Él ya no puede mantener la bandera del cambio de régimen fundamental”, dice la politóloga Denisse Dresser al medio.

The Economist asegura que el abanderado del PRI, José Antonio Meade, tampoco puede representar un cambio. “Hace uso de su pasado ciudadano, pero que no puede contra la reputación de Enrique Peña Nieto”. Su apuesta es por Anaya, a quien la Procuraduría General de la República investiga por presunto lavado de dinero.