II. Pide calma. Ante las versiones que suponen que se pretende partidizar el relevo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el presidente Enrique Peña Nieto frenó ayer, sin ambages, cualquier especulación sobre ese desvarío. Contundente dijo: “Me apegaré, voy a ceñirme fielmente a lo que dice la Constitución”, sentencia en la que coincidió el líder priista Manlio Fabio Beltrones, cuando apuntó que la pertinencia de la terna no está en los partidos políticos y mucho menos en el PRI, sino en la facultad constitucional del Presidente.

III. Adiós cantina. Carolina Monroy del Mazo, secretaria general del PRI y diputada federal, quiere erradicar el consumo de alcohol en la Cámara de Diputados. Argumenta que “entorpece el funcionamiento óptimo de las capacidades humanas y en este lugar de tanta relevancia para la vida social no podemos permitirnos más que actuar responsablemente siendo dueños absolutos de toda nuestra capacidad racional y emocional”. Qué buena idea. De por sí el dispendio se desborda en el quehacer legislativo como para que, además, decidan gastos y leyes en estado etílico. Y claro, los chupes corren a costa de los mexicanos. Descaro total.

IV. Claridad. Miguel Ángel Mancera Espinosa, jefe de Gobierno del DF, afirmó que sus planes de buscar la candidatura presidencial en 2018 siguen en pie, pero sin dejar de trabajar por la Ciudad de México. Afirmó que, pese a que piensa que le sería difícil ganar una encuesta de popularidad en este momento, ve a la gente muy involucrada con su proyecto. “La verdad es que nos han recibido muy bien en los estados en donde he participado”, afirmó. Por lo pronto, dijo que será hasta los primeros meses de 2016 cuando queden concluidas las obras en la salida de la México-Cuernavaca, “y va a ser un gran alivio para toda esta zona”. Primero resultados; luego lo demás. Y lo sabe.

V. Viva el despilfarro. ¿La democracia? Ah, sí. Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electora (INE), aseguró que el Plan Maestro del Conjunto Tlalpan, para remodelar y construir instalaciones acordes a las necesidades del nuevo instituto, es un proyecto sin derroches ni abusos, que ahorraría 80 millones de pesos anuales en rentas al erario, más la gasolina y horas-hombre de los trayectos que se hacen entre los tres edificios propios del INE y los nueve que se rentan en el Distrito Federal. El funcionario electoral comentó que cuentan ya con 719 millones de pesos que la Cámara aprobó para ese plan para 2015. Qué bárbaros. Y apenas comienzan. ¿No que eran tiempos de austeridad? Vil tomadura de pelo.