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Historia y Cultura

La decisión de Xóchitl

 

Pascal Beltrán del RíoPascal Beltrán del Río                         
 
Bitácora del director
 
La oposición ha batallado para encontrar una figura que pueda abanderarla de manera competitiva en la contienda presidencial del año entrante.

Cuestionadas por su pasado o su falta de representatividad, varias han naufragado anticipadamente, puestas a prueba por los sondeos. Además, muchas de ellas han sido apergolladas en las conferencias mañaneras del Presidente cuando apenas asomaban la cabeza.

Imaginarlas corriendo en una pista en la que los aspirantes del oficialismo tuvieron un arranque anticipadísimo y en la que contarán con un apoyo indudable del gobierno –como en los tiempos del priismo autoritario y ante la mirada complaciente del árbitro electoral–, es predecir su llegada en un lejano segundo lugar.

En ese complicadísimo panorama para la oposición hay una precandidata que le genera una luz de esperanza: la senadora Xóchitl Gálvez.

La hidalguense no cabe en el molde que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha fabricado para medir a sus adversarios. No es fifí, pues es indígena y originaria de un pequeño poblado rural, donde tuvo una infancia con muchas carencias. Tampoco tiene un pasado político escabroso con malos manejos del dinero público o ligas inconfesables con grupos de interés. Ante la crítica y los ataques, no se calienta y responde a dos velocidades: aplomo y humor.

A diferencia de otros opositores, no sucumbe frente al discurso presidencial. Es más, está buscando que el mandatario se retracte de un dicho sobre ella, que ha juzgado de falso, exigiendo ser recibida en la conferencia mañanera para ejercer su derecho de réplica. Pese a que un juez ya le dio la razón, López Obrador se ha negado a invitarla, incumpliendo su propia promesa de hacerlo si es que ella conseguía un mandato judicial. 

La imagen de Xóchitl Gálvez tocando la puerta de Palacio Nacional dio la vuelta al mundo. El que hayan mandado porristas oficiales a agredirla cuando acudió, amparo en mano, a la sede del Ejecutivo, reforzó la idea de que le tienen miedo. 

El hecho contrastó con otro aspirante presidencial opositor, el perredista Silvano Aureoles, a quien dejaron sentado en una silla, frente a la puerta de Palacio, cuando acudió para denunciar la injerencia del narcotráfico en las elecciones de Michoacán.

Sin duda, la de Xóchitl Gálvez sería una candidatura mucho más potente que la de otros que se han anotado en la lista para competir por la Presidencia. Pero si evalúa con objetividad las condiciones de la contienda, que ya describí arriba, arribará a la conclusión –estoy seguro– que las posibilidades de ganar son muy escasas.

En cambio, si se apegara a su idea original de ir por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, las cosas son al revés: ella lleva allí un camino avanzado que no tiene ningún aspirante del oficialismo. No dudo que la razón de que la semana pasada se bajaron de la contienda dos secretarias de Estado, tiene que ver con la imposibilidad de ganarle.

El gran enemigo que tiene la carrera política de la senadora Gálvez puede ser su ego. Quizá lo saben quienes se lo han estado masajeando para que acepte ser candidata presidencial. A los partidos les vendrá muy bien, porque, aunque pierda, ellos se verán recompensados con posiciones en el Congreso. Para ella, en cambio, sería una tumba política prematura.

Debiera verse en el espejo de Ricardo Anaya. Hoy él podría ser gobernador de Querétaro y tal vez sería, en estos momentos, un temible adversario para el oficialismo. Sin embargo, su falta de cálculo al buscar la Presidencia en 2018, además de la persecución gubernamental, lo llevaron al ostracismo. Si es sensata, Xóchitl sabrá que su currículum aún no da para pensar en la Presidencia. En cambio, el gobierno de la Ciudad de México, que lo tiene claramente a su alcance, sería una estupenda plataforma para buscarla en 2030.

Ella tendrá que tomar una decisión. Veremos si escucha a quienes la están embarcando en una aventura sin destino o confía en su propia fortaleza y reconoce que, en su caso, la espera es una virtud.

Claudia, la xenofobia y el antisemitismo

 

Leo ZuckermannLeo Zuckermann                       
 
Juegos de poder
 
 

Era previsible que, en cuanto Claudia Sheinbaum se convirtiera en aspirante real para ser la primera presidenta de México, comenzarían los ataques falsos en su contra. Así de ruda es la política, hoy más gracias a las redes sociales.

En este caso, la están acusando de extranjera y judía, tratando de explotar dos prejuicios que todavía existen en nuestro país: la xenofobia y el antisemitismo.

Como a todos los que estamos en las redes sociales, me llega mucha basura. Noticias falsas a las que no les presto la menor atención. Salvo que me van dando una idea de por dónde van los ataques de las campañas negativas en esta temporada electoral.

Estos días he recibido un video de TikTok que literalmente dice:

“Una judía-rusa a la Presidencia de México.- La candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, nació en Bulgaria en 1957 y nuevamente fue registrada en México en 1962. La Constitución prohíbe a los extranjeros ser presidentes de este país”.

Nada innovador hay en este ataque. El “genio” que lo hizo simple y sencillamente se lo está copiando a los llamados “birthistas” de Estados Unidos. Se trata de descalificar a un candidato tildándolo de mentiroso, extranjero y miembro de un grupo minoritario de la sociedad.

Es exactamente lo que le hicieron a Obama en 2008 cuando empezó a subir como la espuma en la elección primaria del Partido Demócrata. Los seguidores de Hillary Clinton circularon un correo electrónico donde se afirmaba que la madre de Obama vivía en Kenia con su padre musulmán y ahí parió a su hijo. Luego lo llevó a Hawái a registrarlo. Ergo, era un keniano que no podía convertirse en presidente porque hay que ser ciudadano estadunidense por nacimiento. 

El ataque, sin embargo, también estaba diseñado para tildar de mentiroso a Obama, dejar la idea que era musulmán (en un momento donde había odio social en contra de esta religión por los ataques del 11 de septiembre de 2001) y, de paso, recordarle a los racistas que también era negro.

En suma, estábamos frente a una conspiración de un musulmán negro que quería ser presidente para destruir ese país desde adentro. En una sola fórmula se apelaba a la xenofobia, el racismo y el encono en contra del Islam.

A pesar de estos ataques, Obama ganó. Pero un ciudadano privado, con amplio acceso a los medios, retomó esta falsa conspiración y estuvo duro y dale con el “birthismo” en contra del presidente Obama. Su nombre: Donald Trump.

Fue tal la presión, que la Casa Blanca se vio obligada a publicar el acta de nacimiento de Obama para acallar los rumores. No sirvió de nada. Trump la consideró como falsa y siguió con el cuento de que no había nacido en Estados Unidos.

Bueno, pues lo mismo quieren hacer ahora con Claudia. No nació en México sino en Bulgaria. La trajeron aquí para registrarla. No puede ser, por tanto, presidenta.

Además, aunque haya nacido en Bulgaria, en realidad es una “judía-rusa”. Dos gentilicios sacados de la basura literaria de Salvador Borrego.

Lo de “rusa” es para tildarla indirectamente de comunista. Una “roja” o “bolchevique” que es parte de una conspiración para destruir a México desde adentro, como lo iba a hacer el musulmán negro en la Casa Blanca.

Lo de “judía” es para explotar el antisemitismo. La pregunta se asoma con todas sus letras: ¿de verdad queremos a una no católica en Palacio Nacional?

Sheinbaum, desde luego, no es ni búlgara ni rusa. Es mexicana. El problema es que, aunque publique su acta de nacimiento, dirán que es falsa y seguirán difundiendo esta basura.

En cuanto a judía, según he visto, Claudia no niega su origen judío. Sin embargo, por lo que sé, no se considera ya como judía.

En una ocasión le pregunté al expresidente de Israel, Shimon Peres, quién era judío. Me contestó: “el que se siente judío”. Coincido. Un judío es alguien que se siente judío y punto. Si Claudia Sheinbaum no se siente judía, pues no lo es.

Será agnóstica, atea o guadalupana. No importa. México, hasta donde entiendo, es una República laica, donde las convicciones religiosas no son requisito para ser presidenta.

Pero eso dice la ley. La realidad es que todavía existe gente en nuestro país que, profunda o superficialmente, duda de la conveniencia de que alguien no cristiano pueda convertirse en presidenta. Y eso, por desgracia, lo van a explotar los malquerientes de Claudia para atacarla.

Sheinbaum no la tiene fácil hacia adelante. A la xenofobia, antisemitismo y anticomunismo de la burda y falsa invectiva que ya circula, agréguese el machismo, que tratarán de explotar por ser mujer.

Luisa María Alcalde es la nueva secretaria de Gobernación, anuncia López Obrador

JIMENA CAMPUZANO | 10:26 hrs.
 
  
 
AMLO y Luisa María Alcalde, nueva secretaria de Gobernación

López Obrador anunció que eligió a Luisa María Alcalde como nueva secretaria de Gobernación. (Cuartoscuro)

 

Luisa María Alcalde Luján es la nueva secretaria de Gobernación tras la salida de Adán Augusto López, quien buscará la candidatura presidencial de Morena para 2024, así lo anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

“He tomado la decisión de nombrar de acuerdo a mis facultades como secretaria de Gobernación a Luisa María Alcalde, actual secretaria del Trabajo, en sustitución de Adán López Hernández”, dijo el mandatario en su mañanera de hoy lunes 19 de junio.

Te recomendamos: La 'Mañanera' hoy de López Obrador: Temas de la conferencia del 19 de junio de 2023

López Obrador dijo que será esta semana cuando Luisa María Alcalde, quien era secretaria del Trabajo, asumirá el nuevo cargo, por lo que se pondrá de acuerdo con Alejandro Encinas, subsecretario de Gobernación de la dependencia, quien había quedado como encargado de despacho en lo que se nombraba al nuevo titular.

“Ella va a ser la secretaria de Gobernación, ya nos emparejamos, yo creo que ya hay más mujeres que hombres en el gabinete, pero son mujeres con convicción, con principios, con ideales y eso ayuda mucho”, dijo el mandatario.

El mandatario destacó la labor de Luis María Alcalde como secretaria del Trabajo, cargo en el que encabezó negociaciones en conflictos sindicales los cuales se resolvieron, como en el caso de Telmex, entre otros. 

 

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¿Quién es Luisa María Alcalde?

Luisa María Alcalde Luján es licenciada en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México y cuenta con una maestría en Derecho por la Universidad de Berkeley, California.

Antes de ser nombrada como nueva secretaria de Gobernación, Alcalde Luján era la titular de la Secretaría del Trabajo, nombramiento con el cual se convirtió en la mujer más joven en encabezar una dependencia federal.

De 2012 a 2015, la actual funcionaria diputada federal en la LXX Legislatura en donde fue secretaria en la comisión de Trabajo y Previsión Social.

Luisa María Alcalde Luján fue asistente de investigación en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y en 2011 fungió como coordinador nacional de Morena Jóvenes y Estudiantes.

Entre las publicaciones que ha realizado destaca Del salario mínimo al salario digno.

López Obrador responde a Francisco Céspedes, quien le deseó la muerte

ISABEL GONZÁLEZ AGUIRRE | 11:27 hrs. 
 
 
AMLO y Francisco Céspedes, quien le deseó la muerte

López Obrador se refirió a la declaración de Francisco Céspedes, quien le deseó la muerte. (Especial y Cuartoscuro)

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador respondió a la declaración que hizo el cantante de origen cubano Francisco Céspedes, quien le deseó la muerte. "Yo estoy feliz, feliz, feliz y no siento ningún agravio", aseguró el mandatario.

Desde la mañanera y poco antes de retirarse del Salón Tesorería, López Obrador se refirió a los dichos del intérprete nacionalizado mexicano, cuya carrera está en declive desde hace varios años por su adicción al alcohol.

Te recomendamos: La 'Mañanera' hoy de López Obrador: Temas de la conferencia del 19 de junio de 2023

López Obrador llamó a sus simpatizantes y seguidores a no caer en la violencia y tampoco molestarse, sobre todo porque lo declarado por Francisco Céspedes no le representa ningún agravio.

 

"Yo lo que quiero decir es de que no debemos desearle mal a nadie y que yo no siento, no siento ningún agravio de su parte y les pido a todos a todos de que se respete  u punto de vista aún cuando sea extremo, ya lo he dicho muchas veces, yo no soy partidario de la ley del talión", expresó López Obrador.

El mandatario estimó que no importa que la derecha esté enojada, él se siente muy bien y feliz por el proceso de transformación que encabeza.

 

"No responder la violencia con la violencia y entender que andan de mal humor los de la derecha en México y en todo el mundo, la derecha anda corajuda, nosotros andamos felices, feliz, feliz, feliz, entonces entender esa circunstancia es que no se puede no se puede ser feliz solo pensando en lo material, la felicidad es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestra conciencia y estar bien con el prójimo, esa es nuestra verdadera felicidad" sostuvo.

En seguida, solicitó a su vocero Jesús Ramírez reproducir las palabras de Francisco Céspedes, refugiado en México desde la década de los años 90 del siglo pasado.

Tras ver y escuchar los deseos del cubano de que ojalá se muera porque le cae mal al "invitar a un dictador, Miguel-Díaz" a las fiestas patrias de México el año pasado, el presidente López Obrador dispuso cerrar la mañanera con la interpretación del paisano de Céspedes, Silvio Rodríguez, titulada Nunca he creído que alguien me odia y en la cual a lo largo de sus estrofas destacan versos como  "siempre tendré un enemigo con el semblante arrugado, más cansado que yo (...) nunca he creido que alguien me odia, aunque me hayan querido matar".

 

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Ciro, seis meses e impunidad

 

Jorge Fernández MenéndezJorge Fernández Menéndez  
Razones
 
 

Se cumplieron seis meses del atentado contra nuestro amigo y colega Ciro Gómez Leyva y hay una decena de detenidos que, supuestamente, son los autores materiales de ese intento de asesinato, pero nada sabemos del móvil, de los autores intelectuales, de un personaje apodado El Patrón, que supuestamente contrató a la banda que ejecutó el atentado. En los hechos, lo que perdura es la impunidad porque, como decía ayer Ciro en radio, hoy no sabe quién fue el que ordenó ese ataque ni cómo ni por qué o qué existe, agreguemos nosotros, detrás de esa trama.

Desde que fueron detenidos los 12 miembros de la banda que materializó el ataque, la investigación ha estado encabezada por la Fiscalía capitalina. En enero pasado, cuando se capturó a los primeros miembros de esa organización de sicarios, decíamos aquí que, por el equipo encontrado en algunos de los cateos, podrían estar relacionados con el Cártel Jalisco Nueva Generación, aunque esa información no ha podido ser confirmada por las autoridades.

Recordemos que el CJNG opera en muchas ocasiones como una suerte de franquicia a la que se adhieren células locales que, en los hechos, no son realmente parte de esa organización criminal. El centro de operaciones de la célula detenida estaba en la alcaldía Gustavo A. Madero, la alcaldía más violenta de la Ciudad de México, donde operan, por lo menos, una decena de organizaciones criminales que han expandido sus actividades ilícitas hacia el narcomenudeo y el robo a transporte de carga, muchas veces al amparo de la autoridad local.

La mayoría de las bandas delictivas que operan en la alcaldía tienen sus raíces en lo que fue La Familia Michoacana, que luego de sucesivas divisiones internas configuró grupos independientes que hoy tienen en jaque a la GAM. Actualmente, La Nueva Familia, sucesora de aquélla, está asentada en Michoacán, algunas zonas del norte de Guerrero y en el sur y oriente del Estado de México, encabezadas por los hermanos Johnny Hurtado Olascoaga, El Pez, y José Alfredo Hurtado Olascoaga, El Fresa.

En esas zonas operaban los hasta ahora detenidos que realizaron el ataque contra Ciro. Se supone que por ahí operaba también este personaje apodado El Patrón. Si algo ha sido notable con El Pez y El Fresa es la violencia y la impunidad con la que operan en Michoacán, Guerrero y el Estado de México.

No es responsabilidad ni de los medios ni de los comunicadores garantizar la seguridad de cada uno de quienes hacemos noticias con los más diferentes puntos de vista y muchas veces con información crítica e incómoda para Palacio Nacional u otros actores políticos, sociales, empresariales: es responsabilidad exclusiva del Estado y de quienes deben proporcionar esa seguridad.

México fue declarado el país más inseguro del mundo para ejercer el periodismo, por encima, incluso, de países en guerra, como Ucrania. En 2022, al momento del atentado contra Ciro, sumaban 17 los periodistas asesinados y muchos más los que han sufrido ataques y agresiones. Garantizar la seguridad de los periodistas implica acabar con el clima de agresiones y agravios, y asegurar las condiciones para un ejercicio del periodismo libre de violencia. Además, garantizar que no haya impunidad.

 

En 1994 dijimos que fue el clima político el que propició acciones como los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y de José Francisco Ruiz Massieu, en una época donde la violencia estaba mucho más lejos de la vida cotidiana que ahora. No fueron ni Salinas de Gortari ni Camacho Solís los que orquestaron aquellos crímenes, no fue la lucha en sí por la Presidencia o la candidatura, fue el clima creado, donde la violencia tenía permiso, donde cualquier acción era posible porque parecía legitimarse todo. Y había muchos actores que podían aprovecharse de ella.

En aquellos años y en la actualidad, el crimen goza de impunidad. Sabemos que Mario Aburto mató a Colosio y que un oscuro sicario de apellido Treviño mató a Ruiz Massieu, pero nunca nos han podido responder por qué o qué estuvo detrás de esos crímenes. El fiscal Chapa Bezanilla quiso utilizar políticamente los crímenes como años después lo hizo Samuel del Villar con el asesinato de Paco Stanley. La vertiente del crimen organizado y la desestabilización nunca fue indagada en ninguno de esos casos a fondo. Mucho menos se indaga ahora: de los 160 mil muertos de esta administración, apenas si está abierta alguna carpeta de investigación, la enorme mayoría queda impune.

Entiendo que no se puede llegar a los culpables, materiales e intelectuales, en todos los crímenes, pero la clave para poder avanzar, aunque sea en el sentimiento de seguridad de la sociedad, es que se haga justicia en los casos emblemáticos, pero ni en ellos se avanza: siguen impunes los ataques contra los jesuitas en Chihuahua, la mayoría de los asesinatos de periodistas, de defensores de derechos humanos y de buscadoras, nunca sabemos, más allá de los manidos argumentos de “derechos de piso, extorsiones o ajustes de cuentas”, cuando no se recurre a lo pasional, quién es el responsable de cada crimen.

Y en ese ambiente de impunidad y manipulación, al final, hasta los propios sicarios terminan quedando en libertad, como está ocurriendo hoy con los sicarios de los jóvenes de Ayotzinapa. Ojalá no suceda mañana lo mismo con los detenidos por el atentado contra Ciro y que alguna vez sepamos cómo y por qué ocurrió ese ataque.

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