romesa no cumplida que tumbó la puerta de Palacio Nacional

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

 

El 25 de mayo de 2018, el entonces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador dijo ante padres de los 43 normalistas desaparecidos que tan pronto triunfara en la elección, habría justicia para los jóvenes de Ayotzinapa. Hasta presumió: “Iguala será ejemplo de cómo se hace justicia en un gobierno democrático”.

Ayer, a menos de siete meses de que deje la Presidencia, no se sabe todavía qué pasó ni dónde están los 43 normalistas que desaparecieron el 26 de septiembre de 2014. Hoy por hoy, Iguala está muy lejos de ser ejemplo de justicia en un gobierno democrático. Los padres de los muchachos sospechan que el Ejército oculta información sobre el caso y le han pedido, desde septiembre pasado, una audiencia al Presidente. No se las ha dado. Ayer los remitió a la Subsecretaría de Gobernación. Prometió recibirlos “en su momento, en 15 o 20 días”, dijo.

Ante ese vacío de información sobre el avance de la investigación y la negativa del Presidente a recibirlos, los normalistas que acompañan a los padres de los 43 radicalizaron su protesta: derribaron una de las puertas laterales de Palacio Nacional, mientras López Obrador daba su conferencia mañanera. Los normalistas utilizaron un camión de la CFE que secuestraron, para lanzarlo tres veces contra la puerta de Palacio que está en la calle de Moneda. Hasta que la tumbaron.

En días pasados, esos mismos jóvenes lanzaron petardos e hicieron pintas en la Secretaría de Gobernación, en el Senado, en el edificio de Relaciones Exteriores, en la Lotería.

 
* López Obrador reaccionó muy a su estilo. “No vamos a caer en la provocación”, dijo.

Según él, la actitud, no de los padres, sino de los asesores y de las organizaciones que, supuestamente defienden derechos humanos, es “muy de confrontación en contra nuestra; o sea, de provocación”. Y por enésima vez dejó escapar su paranoia: “Ellos están siendo manipulados por el grupo que encabeza Álvarez Icaza, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, grupos conservadores de derecha apoyados por gobiernos extranjeros, que lo que quieren es hacernos daño políticamente hablando”.

* La noticia de la acusación al senador Álvarez Icaza, exsecretario ejecutivo de la CIDH, se extendió rápidamente en el Senado. Julen Rementería, coordinador de la bancada del PAN, propuso incluir el tema en la agenda de la sesión de ayer. Después de varias intervenciones la propuesta se puso a votación y Morena impuso su mayoría. 32 votaron a favor de incluirla en la agenda, 35 en contra y hubo tres abstenciones. Se desechó. Eso no impidió a Álvarez Icaza fijar postura frente a los señalamientos del Presidente. Lo hizo en tribuna y en rueda de prensa.

 

 

“Le exijo a López Obrador el derecho de réplica. Estar en la mañanera y responder una a una sus mentiras, a sus ataques. Lo hago responsable de lo que me pueda suceder a mí o a mi familia”, dijo en ambas tribunas.

En la rueda de prensa fue más severo con López Obrador: “Es un cobarde que utiliza indebidamente el puesto para atacar a defensores de derechos humanos. Es un cobarde que abusa de su poder”. 

La indolencia de López Obrador y la traición a las víctimas es la que genera ese enojo. “Si alguien lucró con el caso Ayotzinapa fue López Obrador, si alguien jugó con la esperanza y la confianza de los padres y las madres de los chicos fue López Obrador”.

Álvarez Icaza recordó que el Presidente tomó directamente la investigación. “Él es el responsable de que hayan liberado a los militares, es el responsable de que se haya dinamitado la investigación. Omar Gómez, fiscal especial, lo dijo con sus letras.

“López Obrador, Gertz, Zaldívar y Adán Augusto hicieron una intervención de Estado para evitar la verdad y la justicia en el caso Ayotzinapa”, apuntó.

El senador recordó que fue el propio López Obrador quien pidió a la CIDH que regresara y se quedara para aclarar el caso. Y al GIEI que hiciera el trabajo de investigación. “Pero cuando el GIEI dijo que los militares estaban estorbando la investigación, les dio la espalda y cerró las puertas, como lo está haciendo con las víctimas”.

* Una de las alcaldías donde habrá tiro en las elecciones del próximo de junio es en Miguel Hidalgo. El panista Mauricio Tabe, alcalde que busca reelegirse, enfrenta al joven morenista, Miguel Torruco Garza, de 36 años.

Los dos van muy parejos. Unas encuestas ponen a Torruco arriba y otras abajo, pero por escasos puntos. Ayer nos tomamos un café con Torruco. Nos llamó la atención su postura. No es un radical desbocado. Sabe cuáles son sus ventajas y sus debilidades. El morenista, hijo del secretario de Turismo de López Obrador y nieto de la recordada actriz, María Elena Márques, le apuesta al desgaste natural de su adversario, derivado del “desgobierno” en la Miguel Hidalgo. “La gente quiere caras nuevas, sin cola que les pisen”, puntualizó.