La resurrección de Lázaro glorifica a Dios

(Juan 11:43-44) Y cuando había dicho esto, clamó en voz alta: Lázaro, sal. Y el que estaba muerto salió atado de las manos y los pies con la mortaja, y su rostro estaba envuelto con un pañuelo. Jesús les dijo: soltadlo y dejad que se vaya.