Preocupaciones

Sin duda alguna, los dos grandes temas de esta semana serán la discusión sobre la Guardia Nacional y la respuesta que dé el gobierno frente a los riesgos que, en materia económica, han empezado a sonar

 

18 de Febrero de 2019

Tras escuchar los argumentos expuestos por parte de organizaciones de la sociedad civil, en los foros de consulta realizados en el Senado de la República, persisten dudas y críticas sobre el modelo planteado.

Es claro que de esta discusión se definirá, en gran medida, el rumbo que tome el país en torno al tema de combate a la inseguridad y la violencia. Hemos recalcado la importancia que tiene darle un marco normativo a la actuación de nuestras Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública, la relevancia de una Guardia Nacional que se conforme con policías federales, policía militar y policía naval, pero, sobre todo, la fundamental condición de que dicho instrumento tenga un mando civil y no militar.

Estas voces se han manifestado en contra de reintegrar el artículo cuarto transitorio de la Propuesta de Dictamen, que permite “de manera excepcional” la operación de las Fuerzas Armadas en las calles, en tanto se implementa la Guardia Nacional.

Activistas como María Elena Morera, de la organización Causa en Común, han declarado que “dejar el transitorio sería contraproducente, porque significaría que no importa si se crea la Guardia. Aun así, tendríamos a las Fuerzas Armadas por siempre en las calles”.

El problema es que mantener un grado de excepción permanente aplazará equivocadamente la indefinición en cuanto al problema principal que tenemos en México, que es invertir en policías civiles a nivel estatal.

La votación requiere de dos terceras partes para aprobar la minuta enviada por los diputados. Grupos como el colectivo #SeguridadSinGuerra, que suma más de 300 organizaciones y personas, han iniciado un importante activismo con el fin de incidir en el ánimo de senadoras y senadores.

Se sabe que el bloque de legisladores de oposición, compuesto por PRI, PAN, PRD y MC, pretende apuntalar que el uso de la fuerza militar en acciones de seguridad sea excepcional, extraordinaria, fiscalizada y que se fije una fecha de regreso a los cuarteles. El mando militar debería cambiarse por mando civil, pero prevalece la posibilidad de que, nuevamente, haya una negociación, entre PRI y Morena, como la vista en la Cámara de Diputados, que, incluso, incluya la reincorporación del transitorio.

Por otro lado, durante la semana pasada brincaron dos temas que pueden tener un preocupante impacto en la economía del país y que requieren atención profunda.

En primer lugar, están las posiciones que han asumido Fitch, Moody’s e incluso JP Morgan, que han manifestado su preocupación por la situación que guardan las finanzas de Pemex y el posible impacto que éstas pudieran tener en la deuda soberana.

Según JP Morgan, los apoyos fiscales anunciados en beneficio de Pemex no moverán al alza la calificación de la petrolera mexicana. Su posición frente a la propuesta del gobierno federal enciende una alerta al señalar que “las medidas adicionales son una decepción sorprendente”. Lo más preocupante es que, al igual que lo han hecho previamente calificadoras como Moody’s o Fitch, advirtieron que pudieran presentarse movimientos en la nota crediticia del país “en los próximos doce meses”.

En segundo término, pero no menos importante, en el contexto de las negociaciones del nuevo acuerdo comercial trilateral T-MEC, del cual depende de manera importante el PIB mexicano, existen riesgos frente a su aprobación. Es fundamental que el gobierno vea con atención la situación que prevalece en el Congreso norteamericano.

Esta semana será crucial. El tema de seguridad es prioritario para el éxito del nuevo gobierno. El mando de la Guardia Nacional debe ser civil. En el frente económico, es claro que éste puede complicarse si no se demuestra una visión técnica convincente sobre la viabilidad financiera de Pemex o no se procura un sano equilibrio en la relación con Estados Unidos, de cara al nuevo acuerdo trilateral.

Es indispensable que haya talento y oídos abiertos para tener el mejor resultado legislativo a favor de combatir la inseguridad. De igual manera, se requerirá apertura para escuchar y hacer equipo con todos los que puedan auxiliar en materia económica. Es momento de cerrar filas frente a estas preocupaciones; el país lo requiere.