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Recordando a Heriberto Ruelas Muñoz

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 Indagando en el baúl de los recuerdos, encontré lo publicado el 8 de abril de 2011. 

  

 

  

 

HERIBERTO RUELAS MUÑOZ falleció en Los Mochis, Sinaloa, el día de ayer. Un infarto al miocardio fue la causa de su repentina muerte.  

Heriberto, padre del pitcher zurdo relevista de los Cañeros de Los Mochis en invierno y de Leones de Yucatán en verano, (Heriberto Ruelas Iza) deja gratos recuerdos a varias generaciones de aficionados al béisbol en la región norte de Sinaloa, ya que incursionó por varias ligas desde la pony en la que convivimos, hasta la Clemente Grijalva de primera fuerza, de donde han salido varios cientos de peloteros que han triunfado en el profesionalismo. 

 

Beto Ruelas, fue un estrella desde niño, sus facultades deportivas eran extraordinarias a los 13 años cuando nos enfrentamos a su equipo Pericos de la XECF, estación de radio que los patrocinaba; lanzaba durísimo, no le veíamos la pelota, hasta que golpeó a uno de mis  compañeros y le fracturó el brazo.  

 

Allí terminó el juego por que tuvimos que llevar al hospital a nuestro amigo y por que ya después todos teníamos miedo de enfrentarnos a sus lanzamientos. 

 

Los dirigentes de la liga pony, la primera liga infantil que hubo en Los Mochis, decidieron que Beto ya no lanzaría más y el resto de la temporada jugó la primera base, dando sus grandes batazos ya que era un bateador de poder y la liga infantil le quedaba chica ya que para entonces el jugaba en una liga de tercera fuerza. 

 

Firmó para los Diablos Rojos del México, siendo Ramón "Chita" García el scout que lo descubrió y pronto estaba lanzando en la liga central con el San Luis, sucursal escarlata en donde acabó con el cuadro y al finalizar la temporada fue llamado por los Diablos Rojos del México de la liga mexicana, donde debutó a los 15 años de edad (1964) para ser el jugador más joven hasta entonces en jugar en la liga mexicana. 

 

Un pitcher de gran velocidad, en esa época no se usaban en México los radares para medir la velocidad, y una gran curva eran las herramientas de Heriberto y en ese momento  fue considerado por los expertos de béisbol como un prospecto de grandes ligas. 

 

Los que fuimos sus coetáneos y que estudiamos en México en esa época, vimos como grandes hazañas del zurdo Ruelas haber ponchado a Mickey Mantle en un juego de exhibición entre un combinado Tigres-Diablos contra los yankees en 1968 y antes en 1966 cuando era un novatico haber ponchado a Héctor Espino con las carreras del gane en base al entrar al relevo de Ramón Arano. Ponchar a Espino en ese momento histórico era una gran hazaña, ya que estaba en su apogeo y Heriberto era prácticamente un niño inmaduro. 

 

En mi opinión Heriberto no maduró y descuidó su carrera de beisbolista ya que pronto lo dejaron ir los Diablos y Tigres lo contrató, pero un día de 1973 lo encontré en Los Mochis buscando trabajo en el Banco Agropecuario del Noroeste, donde yo trabajaba, y allí supe que había tenido un altercado con Chito García que era su manager con los Tigres y Beto prefirió dejar el beisbol a sus 25 años, cuando otros van empezando. 

 

Ya no volvió a jugar béisbol profesional y la Comisión Federal de Electricidad le dio trabajo y allí se jubiló recientemente, en tanto todos esos años jugó con los Electricistas y otros equipos en la liga Clemente Grijalva siendo siempre pitcher estrella, al grado de ser considerado el mejor jugador que ha pasado por esa liga, ya que con más de 50 años a cuestas todavía seguía en primer plano en esa liga, que es de una calidad profesional.  

 

Muchas veces me lo encontré en la ciudad deportiva corriendo, yo lo admiré de niño por sus logros a tan temprana edad y lo admiré más de viejo por su disciplina deportiva, corría más de 5 kilómetros diarios de martes a viernes, ya que jugaba los domingos, con esa practica quien se iba a imaginar que le fuera a fallar el corazón. 

 

La última vez que platiqué con él me comentaba que jugaba en una liga de súper veteranos, allí andamos puros viejitos de 60 en adelante me dijo, vente a jugar no seas web-on; voy a ir a echarles porras le prometí, pero no le cumplí. 

 

 

 

"Si Ruelas toma en serio el béisbol y se pone a estudiar, seguro que llega arriba", me dijo Alfredo "zurdo" Ortíz una noche después del juego mientras cenábamos en el restaurant Corona frente al parque del Seguro Social allá en México. Al parecer no fue así y Beto se perdió de llegar a la MLB, porque todo mundo sabía que era un gran prospecto, pero no se pudo. 

 

A Heriberto en aquella época se le consideraba con más facultades que las que se le reconocían a Fernando Valenzuela cuando se lo llevaron los Dodgers. Pero así es la vida, Dios nos tiene asignada una misión en ella y caminamos por la senda que El nos marca, misma que tiene un final.

Beto llegó al final; ahora está con Dios, descanse en paz. 

 

Nuestro pésame a Fátima, su esposa, y a su hijo Beto Jr., así como a toda su familia. 

 

 

 
 

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