Papelero Valenzuela debutó anoche en el cielo.

Benjamín Beltrán oriundo de Sinaloa de Leyva voló anoche a unirse a un gran equipo de peloteros mexicanos que ya están en el cielo, a los que encabeza Héctor Espino.

Papelero fue amigo de mis tíos los Padilla que eran buenos peloteros en sus mocedades, sobre todo César, que era tremendo pitcher cuya arma fundamental era la “muerta”, como se le decía al knuckeball, y por entonces “el pape” apenas empezaba en el béisbol y cuando andaba por Los Mochis jugaba en los equipos llaneros, y sin poder decir fecha exacta ya que yo era un niño, lo vi jugar en un llano que según mis cálculos debió estar donde ahora está una terminal de autobuses frente a la hielera de Rosendo G. Castro y Constitución  o tal vez por la Niños Héroes en Los Mochis.

Lo cierto que entonces ya era un pelotero profesional y supongo que así se echaba a la bolsa algunos pesos extras, reforzando a algún equipo de la liga de primera fuerza que después se llamó Clemente Grijalva.

Jugó en  la liga de la costa con Mochis, Guadalajara, y Obregón, con quien obtuvo dos campeonatos de bateo de la fuerte liga de la costa; cuando Obregón salió  de la liga por problemas económicos, fue a parar a Culiacán, en donde jugó la segunda base, ya que Leo Rodríguez era el tercera base y era mejor fildeador.

Imagínese el equipazo con Leo y Papelero en el line up, más Huevito Álvarez, Moscón Jiménez y algún extranjero jonronero, donde el estrella de pitcheo era Tomás “Piyuyo”Arroyo.


Llegó a jugar en la gran carpa con Cardenales, pero, su rival era nada menos que Ken Boyer un tremendo pelotero que jugó  de 1955 a 1965 con Cardenales y en total 15 años  en grandes ligas bateo 282 jonrones y produjo 1,142 carreras, ese era el titular de la tercera y Papelero apenas jugó 3 partidos en su debut en 1958 a sus 24 años de edad.

Aunque se le ve con el uniforme de Gigantes de San Francisco en los registros de BASEBALL ALMANAC no nos dice que jugo algún partido con ellos, sólo con Cardenales de San Luis.

Contaba Benjamín que en triple A se lastimó  la cintura y tardó mucho tiempo para volver a jugar y que para  poder volver a grandes ligas tuvo que jugar en la liga mexicana con Águila de Veracruz y ya después no interesó a los gringos y su carrera acabó en México.

Papelero fue un tipo inteligente, bueno para las relaciones públicas y trató con políticos que fue un contento, por eso al retirarse del béisbol logró colocarse en varios gobiernos municipales de Ahome y siempre se le veía junto con Chema Leal en la ciudad deportiva, asesorando chamacos con aspiraciones de ser peloteros profesionales.

La última vez que lo vi, estaban él y Chema Leal visitando la tumba de Aurelio Rodríguez en el panteón de Los Mochis, eso fue hace 3 temporadas, pero era frecuente verlo en los velorios, ya que tuvo muchos amigos coetáneos que se fueron a mejor vida antes que él y por ello, las funerarias contaban con su frecuente visita.

La única vez que se le supo algo que no fue chusco, ya que era muy bromista, fue cuando jugando con los Cañeros de Los Mochis de la liga invernal del noroeste, y estando recién casado, por alguna causa entró en una racha de cometer errores  al fildear en la tercera base, y un aficionado que era famoso por llevar una bocina de esas que usaban los anunciantes de los circos y que se pasaba diciendo payasadas que divertían a la gente, se le ocurrió criticar el mal fildeo del Papelero y culpaba de ello a que el pelotero se la pasaba practicando el amor muy seguido y algo se le escapó que ofendió gravemente al pelotero, y al terminar el juego, Benjamín atoró al aficionado y le aplicó un gancho de izquierda en la quijada que se la fracturó.

Fue un hecho muy comentado por esos años, al grado que el aficionado mandó rotular las puertas de su camioneta con la leyenda que decía: NO HABLES SERAPIO.

El aficionado era Serapio Garza, empresario, era el dueño del molino de nixtamal que está en Guerrero y Guadalupe Victoria, un hombre muy simpático que alegraba a la porra brava de sol izquierdo del estadio Mochis,  que estuvo en lo que hoy es la calle Zaragoza y Cárdenas.

Esa vez, tal vez tenía algunas cheves de más, porque era buen hombre y no pretendía dañar a nadie, sólo que el Pape andaba muy tenso en ese momento histórico.

Bien, Benjamín deja un ejemplo de vida, ya que de ser un humilde vendedor de periódicos y revistas, pasó a codearse con los hombres ricos de Sinaloa y Sonora, así como de otras partes del país, y fue amigo muy apreciado de Alejo Peralta Díaz Ceballos, empresario dueño del Grupo IUSA, IUSACELL y otras varias empresas, entre ellas, de los Tigres del México, club de béisbol.

Descanse en paz el pundonoroso pelotero sinaloense.