Imagen relacionada

 

Hace muchos ayeres en la calle San Juan de Letrán de la ciudad de México vi a un tipo vistiendo un elegante frac (m. Vestidura de hombre, que por delante llega hasta la cintura y por detrás tiene dos faldones más o menos anchos y largos) y se paró en la puerta de la torre Latinoamericana, y se puso a ir y venir en un tramo de diez metros aproximadamente. Yo, un provinciano recién llegado a la capital de la república, veía sorprendido que ese tipo anduviera tan elegante en pleno centro de la ciudad en horas de la mañana; pero de pronto me percaté que el elegante llevaba en la espalda tremendo letrero anunciando una sastrería. Tiempo después vi una película de Cantinflas donde él llevaba puesto un frac y con peculiar forma de caminar, iba por la calle anunciando la marca de una fábrica de ropa. Los cinéfilos nos carcajeamos de ver al cómico vestido así anunciando ropa.

Resultado de imagen para liga mexicana del pacifico

 

Hoy, cada vez que veo a un pelotero uniformado con su traje de béisbol y su titipuchal de anuncios, me acuerdo de Cantinflas, y sin querer queriendo me río de ellos; y digo, pobres hombres hasta donde los han llevado, todo por no tener un sindicato que los defienda como a los peloteros de las grandes ligas.

Y la verdad sea dicha, yo no le veo ningún beneficio a los que pagan esos anuncios, al menos conmigo no lo tienen y preguntando a otros aficionados, me han dicho que ni se fijan en que anuncian; y como diría mi abuelita que era muy decente hasta que se murió: tontos son los que pagan por algo que nada sirve.

TODAVÍA HAY ESPACIO EN LAS GORRAS PARA OTROS ANUNCIOS

 

O como diría “Airolini”  cada quien agarra a sus pendejos y la liga mexicana del pacifico disfruta de ese beneficio cobrando por esa “publicidad”.

Pero así están las cosas en el deporte mexicano, cuentan que había un boxeador que impuso la moda de portar anuncios en sus batas, calzones y hasta en los botines y en estos los anuncios iban en las suelas, ya que iba invicto, puros nockouts en contra, así que cuando estaba tirado en la lona se veían sus anuncios.

De manera que nos dicen los analistas de béisbol que el rey de los deportes ha evolucionado y la tecnología ha ocupado el lugar de los ampáyeres, y ahora los cronistas deportivos se la pasan dando informes de cuantos lanzamientos ha hecho el pitcher, cuantas curvas, cuantas rectas, cuantas rectas cortadas, cuantos slider, knuckleballs, etc., y si la bola llegó al home a 100 millas /hora, en fin la narrativa versa sobre cosas que antes no escuchábamos y del juego casi ni se habla, eso sin contar los miles de saludos, antes Fausto Soto Silva nos hacía ver el juego a través de su narración por radio: “elevado profundo por el centerfilder allá va el avestruz Rodríguez la persigue, la persigue, la persigue y a una mano sensacionalmente se la llevó; gran atrapada del Avestruz”.

O bien Octavio Ibarra Cota se ocupaba del más mínimo detalle que ocurría en el terreno de juego; “y el pitcher está descontrolado, no encuentra el homeplate, y allá va Memo Garibay a platicar con su pitcher, y el ampáyer aprovecha para hacer labor de asepsia en la registradora con su escobetilla mágica, el ampáyer en jefe Manuel “La Zenona” Castro, cenona, la que vamos a dar llegando a la casa, ve calentando los frijoles mi amorrrrr”….

Todo cambia en esta vida.

Por aquellos años de la costa del pacifico, o de la Sonora –Sinaloa, veíamos lanzar juegos completos y en Los Mochis todavía los viejos recordamos los cuentos que nos hacían nuestros abuelos y nuestros padres de que un domingo en la mañana subieron a la loma de los disparos por Mochis Memo Luna y por Venados de Mazatlán Withey Ford, los dos lanzadores zurdos, fue un juegazo que terminó 1 a 0 ganando Memo Luna. Ambos pitchers tiraron las nueve entradas.

En esa época el estadio Mochis no tenía alumbrado  así que las series de tres juegos se jugaban el sábado por la tarde y  los domingos había doble juego. Y cual fue la sorpresa de los aficionados cuando vieron salir a calentar al pitcher de los Venados, de nuevo iba Whitey Ford.

Todos voltearon a ver quién estaba calentando por Cañeros, y era un derecho, al parecer El Culichi Pérez, y la gente empezó a pedir que saliera Memo Luna a calentar.

Al rato ya estaba Memo arriba de la lomita y esta vez el duelo lo ganó el yankee Eddie Ford; y me parece que el juego también se decidió por una carrera, esos eran profesionales en toda la extensión de la palabra y los movía el honor, había vergüenza deportiva, hoy, son pocos los que entregan alma corazón y vida en cada jugada; y los pitchers cuando bien va tiran seis entradas, ahora se cuidan como si fueran vedettes.

Recuerdo en aquella liga del noroeste por los años cincuenta después que desapareció al liga de la costa, un juego contra Guasave, el Búfalo Hernández que era un Negrón cubano de dos metros de estatura y gran peso, sacó un elevado al left fielder Héctor “Mara” Sañudo patrullaba ese jardín y corrió hacia atrás por la pelota y en el momento que la atrapó chocó contra la barda y fue a dar al otro lado. Y allí estuvo tirado un buen rato retorciéndose de dolor, hasta que sus compañeros fueron en su auxilio y ya lo llevaban al dogout pero el Mara se  negó a salir del juego y cojeando y todo pero terminó el partido. Esos son hombres dijo Wenceslao.

Hoy es raro ver peloteros con esa entrega. Ahora se preocupan por mantenerse en la caja de bateo mucho tiempo para salir en la TV.

Bueno amigos, pues a ver cuánto tiempo más vivirá el béisbol por estos lares, ya que las nuevas generaciones están encantadas con tanto futbol que les pasan por la cablevisión, y no sólo el de México, también el de Europa, Brasil, Argentina y E.U., en fin  de futbol nadie se escapa, estamos saturados; así que al parecer los que manejan la TV prefieren el futbol y el basket ball que los largos juegos de béisbol que hasta los narradores odian. 

Así que tal vez dentro de poco los juegos del rey de los deportes sean de 90 minutos y aquí se rompió una tasa y cada quien para su casa.