FELIPE MONTEMAYOR
EL PELOTERO DE FINA ESTAMPA
NINGUN PROSPECTO LUCIO
TAN BIEN COMO EL CLIPPER
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MONTEMAYOR EN 1958 |
Desde que hizo su debut con los Sultanes de Monterrey en la temporada de 1948 lució como un jugador de Ligas Mayores y lo extraño no es que haya llegado al mejor beisbol del mundo para jugar en 64 partidos durante dos campañas, sino lo que intriga es que haya durado tan poco y no haya brillado intensamente. “Posiblemente la gente esperaba demasiado de mí y durante toda mi carrera y aún en la actualidad me persigue aquello de que me faltó corazón, valor, para jugar mejor”, me contó Felipe Montemayor durante la ceremonia en que fue incluido en el Salón de la Fama el año de 1983. “Más bien me inclino a pensar que no tuve la suerte de tener un manager en Grandes Ligas que me tuviera más confianza. Tuve muy buenos años en la pelota profesional y estoy convencido que merezco estar en el Salón de la Fama”.
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CLEMENTE A LA DERECHA Y MONTEMAYOR A LA IZQUIERDA |
Montemayor tiene razón en decir que tuvo temporadas formidables en diferentes circuitos, como en la Liga Mexicana cuando en la temporada de 1962 llegó a disparar cuatro jonrones en forma consecutiva y en dos juegos seguidos. Dio cuadrangulares contra los Sultanes en partido celebrado en el inolvidable Parque Cuauhtémoc de Monterrey y se juntó con otro en el partido anterior para totalizar los cuatro. Un récord en la Liga Mexicana y fue curioso que el llamado Clipper los diera jugando en la tierra que lo vio nacer y contra el equipo que se hizo profesional en la campaña de 1948. Allí fue electo “Novato del Año” al batear .330 y comenzó una de esas carreras en que el jugador, desde el primer momento, es anunciado como un “no puede fallar”.
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EL GRAN NOVATO DE 1948 |
Verlo jugar esa primera temporada, sus grandes facultades, su estampa, su categoría en los movimientos, hizo pensar que estábamos viendo a un futuro jugador de Ligas Mayores.
En el invierno de 1952-1953, fue firmado para jugar con los Elefantes de Cienfuegos de la fuerte Liga Cubana, ya en el nuevo Parque del Cerro, y Montemayor estableció récord al conectar jonrones de casa llena en dos partidos seguidos y contra el mismo equipo, Azules del Almendares, y al mismo pitcher, el americano Jocko Thompson, mismo que jugó cuatro años con Filis de filadelfia.
Con los Piratas
Fue acabando esa campaña invernal en Cuba, que Montemayor se quedó en la Habana para unirse a los Piratas de Pittsburgh que iban a entrenar allí. Pidió una oportunidad aunque no había sido invitado y fue cuando el famoso Branch Rickey, genio de la pelota de Ligas Mayores y mismo que firmó Jackie Robinson como el primer negro para estar en el beisbol de los blancos, se entusiasmó y decepcionó del mexicano Montemayor.
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BRANCH RICKEY |
Le admiró por sus facultades, su estampa. Con una estatura de un metro ochenta y cinco y con la elegancia de la mayoría de los zurdos, era fácil impresionarse con Felipe, pero Rickey lo criticó por su falta de espíritu. Llegó al comentar que no parecía latino porque le faltaba el fuego de los caribeños que llegaban al Piratas.
En 1953 se quedó con Los Piratas para solamente 28 juegos dando seis hits, en 55 veces al bat, promedio de .109. Uno de sus imparables fue un doblete contundente sobre aquel famoso pitcher Robín Roberts, estrella de los Filis. Sin embargo, Montemayor fue bajado a los Pelícanos de Nueva Orleans, sucursal del Piratas en clase doble A, donde el zurdo nacido en Monterrey el siete de febrero de 1930, dio 16 jonrones.
Fue en Nueva Orleans, la ciudad de la famosa calle Bourbon en donde se toca la mejor música de Jazz en todo el mundo, que Montemayor tuvo inolvidables temporadas. En 1954, mientras Beto Ávila ganaba el título de bateo de la Liga Americana, Montemayor brilló con Nueva Orleans, al dar 24 jonrones, 92 empujadas y promedio de .309. Esa actuación le valió una prueba con los Piratas en 1955, jugando
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SALAZAR SU PRIMER MANAGER |
en 36 partidos y conectando de 95-20 con sus dos primeros y únicos jonrones en el “big show”. Conectó tres triples y se recuerda un jonrón de tres carreras para vencer al pitcher puertorriqueño Rubén Gómez y al Gigantes en Nueva York por 3-0. Sin embargo, nuevamente Branch Rickey se encargó de regresar al mexicano rumbo a las menores.
Mala Publicidad
Recibió mucha publicidad un incidente ocurrido en una tarde con mucho sol cuando Montemayor fue a jugar el jardín derecho sin llevar los lentes oscuros. Había dicho que no los necesitaba y fue entonces que él primera base Dale Long, quien había sido su compañero en Los Mochis allá en la Costa Mexicana, pidió tiempo, fue a la caseta y llevó hasta el jardín los lentes de sol a Montemayor.
Todo el mundo se dio cuenta y ello irritó a Rickey. Los cronistas alabaron el entusiasmo de Dale Long y calificaron de haragán a Montemayor.
Ese incidente tan publicitado fue la gota que derramó el vaso en su carrera con Piratas No volvería a las Mayores.
Estadísticas
Montemayor en Grandes Ligas:
Años, Dos
Juegos, 64
Veces al bat, 150
Hits, 26
Dobles, Cinco
Triples, Tres
Jonrones, Dos
Carreras anotadas, 15
Carreras empujadas, 10
Bases por bolas, 22
Ponches, 37
Bases Robadas, Una
Porcentaje, .173
Slugging, .287
De emergente, 21-2
Posición, siempre de jardinero
Los Piratas
Este fue el equipo de Pittsburgh en la Liga Nacional de 1955:
Manager, Fred Haney
1b Dale Long
2b Johnny O’Brien
SS Dick Groat
3b Gene Freese
LF Frank Thomas
CF Eddie O’Brien
RF Roberto Clemente
C Jack Shepard
Suplentes: Jerry Lynch, Dick Cole, Toby Atwell, Preston Ward, George Freese, Román Mejías, Felipe Montemayor.
Pitchers: Vernon Law, Bob Friend, Mark Surkont, Ronnie Lee Kline, Dick Littlefield, Elroy Face, Lino Donoso, Dick Hall, Bob Purkey.
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ELEGIDO AL SALON DE LA FAMA EN 1983 |
Aunque este equipo tenía la base del Piratas que sería campeón mundial, el cuadro bucanero terminó en último lugar de la Liga Nacional con récord de 60-94 a 38 juegos y medio del monarca Dodgers de Brooklyn. Nuestro conocido Lino Donoso tuvo marca de 4-6 y Clemente bateó para .255. El mejor bateador fue Johnny O’Brien con .299 y Frank Thomas el mejor jonronero con 25. Montemayor bateó .211 en ese 1955.
A los Tigres
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MONTEMAYOR DOMINABA A PERRY |
En 1955, Montemayor fue bajado por Piratas a la sucursal de Charleston en donde bateó .242. En 1956 comenzó con los Estrellas de Hollywood de la Liga de la Costa del Pacífico pero lo enviaron al Tigres, equipo que tenía acuerdo con los Piratas, y Montemayor procedió a tener una gran campaña de .300 y 22 jonrones, empatando entonces la marca de más cuadrangulares por un jugador mexicano en poder de Ángel Castro. Felipe repitió una gran actuación en 1957 con Tigres siendo su producción de .295 con 16 cuadrangulares y 62 empujadas.
Nunca se olvidarán tampoco aquellos momentos en que George Genovese, manager del Tigres, llamaba a Montemayor del jardín para lanzarle al tremendo bateador zurdo Alonso Perry de los Diablos Rojos del México. Zurdo contra zurdo y Felipe ganó la mayoría de las ocasiones. Cada vez que Genovese, hoy buscador del Gigantes que vive en Los Ángeles, se acuerda de sus cuatro años del Tigres recuerda cuando llamaba a Montemayor contra Perry: “Resultó mi mejor estrategia. Felipe tenía tomado del rabo a Perry”.
Con los Diablos
Montemayor estaba con Tecolotes de Nuevo Laredo en 1959 cuando fue cambiado al Diablos Rojos y ayudó al equipo a ganar el playoff y estar en una serie en que fueron derrotados por los Senadores de Austin en la serie por la corona de la Asociación Panamericana. Dio 12 jonrones y en 1960 solamente estuvo en 28 partidos con los mismos Rojos debido a una lesión.
En 1961 lo cambiaron al Águila de Veracruz, y con ese conjunto en 1962, totalizó 19 cuadrangulares, cuatro de ellos seguidos. La historia nos cuenta que dio uno al terminar el partido del 16 de julio en Monterrey y tres más un día después en el mismo Parque Cuauhtémoc.
En 1963 estuvo con Reynosa y de los Broncos regresó en 1964 a los Sultanes de Monterrey, el club con el que había comenzado. Y en 1965 con éstos dio su gran campaña de jonrones con un gran total de 26, 73 empujadas y .297. El Parque Cuauhtémoc estaba diseñado para los zurdos como el Clipper. Estaba llegando Felipe al final del camino y en 1966 con Sultanes bajó a .262 con seis jonrones. Su último año beisbolero fue en 1969, completando exactamente los 20 años.
Había jugado con Sultanes en 1948 y 1949. En 1948 como Novato del Año bateó .341 en 91 veces al bat y en 1949 estuvo en los .330 en 312 veces al bat con sus primeros seis jonrones en la pelota profesional.
“Estaba jugando muy bien en los amateurs de Monterrey y un día invitaron a jugadores jóvenes al Parque Cuauhtémoc para una prueba. Y Lázaro Salazar me ofreció un contrato”. recuerda Montemayor.
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En 1967 fue a jugar con los Piratas de Campeche que bajo el mando de Dave García ganaron el campeonato del Sureste y el Clipper fue electo el mejor primera base de la competencia. Bateó .376 con 10 jonrones y sólo fue superado por Hilario Peña del mismo Piratas quien dio para .394. En 1968 repitió con Campeche que volvió a ser campeón, pero solamente tomó parte en 16 partidos. Estuvo un rato como coach e instructor del Tigres antes de colgar los spikes.
Veinte años justos Pelota invernal
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MONTEMAYOR CON CAÑEROS |
En la vieja Liga de la Costa del Pacífico Mexicana, Montemayor estuvo sus primeros cuatro años con Cañeros de Los Mochis, de 1948 a 1952, teniendo marcas de .301, .306, .297 y .185.
Tras su experiencia cubana, Montemayor regresó a la Costa para ser parte de aquel formidable Venados de Mazatlán en 1953-1954 que ganó el campeonato y el Clipper dio 17 jonrones aunque bateó .237. En 1954-1955 bateó .304 con el mismo Venados y 13 jonrones y fue este equipo el campeón y el que ganó a Petroleros de Poza Rica en la serie final por el título de todo México.
En 1956-1957, con la Costa llegando al final, dio seis jonrones con .222 para Venados.
Felipe fue parte en el invierno 1959-1960, de aquel tremendo equipo de Chileros de Jalapa en que también estaban Beto Ávila, Rubén Amaro, Papelero Valenzuela, Pasitos Echeverría, Jaime Corella, Ricardo Garza, Marcelino Solís, entre otros. Y un invierno antes estuvo con el equipo Oriental de Granada en la Liga de Nicaragua en donde impuso récord de 21 jonrones. Fueron los años en que los Somoza, la familia importante de Nicaragua, patrocinaron muy buenos torneos profesionales.
Con Dodgers
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EN EL PARQUE MONTERREY DE CRONISTA |
La gran decepción de Montemayor vino en la primavera de 1958 cuando los Dodgers compraron su contrato al Tigres; “Acababa de tener dos muy buenas campañas con los felinos en la Liga Mexicana y Al Campanis se interesó en mí. Me dieron la oportunidad y tuve una actuación formidable en la Liga de la Toronja. Fui el mejor batea
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LA MALA TORRES IZQUIERDA Y ANGEL CASTRO DERECHA FUERON COMPAÑEROS CON MAZATLAN |
dor del Dodgers, pero no estaba en sus planes y me bajaron al St. Paul de clase triple A. Allí me encontré con un manager llamado Max Macon, pitcher en su tiempo, que no quería a los latinos y me tuvo en la banca.
“Me enviaron al Misioneros de San Antonio de la Liga de Texas y en 1959 regresé a la Liga Mexicana. Esa fue la decepción más grande de mi carrera; ser el mejor bateador en todo el entrenamiento del Dodgers, con todo y varios jonrones, pero no me dieron la oportunidad de quedarme.
Era el primer año del Dodgers en Los Ángeles y tenían en el jardín a Carl Furillo, Duke Snider, Gino Cimoli, Junior Gilliam, Norman Larker, y en primera base a Gil Hodges. Me hubiera encantado jugar con ese club”.
Con los Águilas de Mexicali
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JOE PEPITONE |
En 1950 el equipo Águilas de Mexicali lo compró a Sultanes de Monterrey de Anuar Canavati en seis mil dólares y tuvo un verano de .319 con 20 jonrones. Don Mario Hernández estaba al frente de los Águilas. En 1951 lo obtuvieron los Piratas que lo mandaron al San Bernardino y subió a los Pelícanos de Nueva Orleans de la Asociación del Sur, clase doble A en donde tuvo cuatro temporadas. Con los Pelícanos en Nueva Orleans aprendió a madurar beisboleramente y conoció toda clase de música de Jazz.
Momentos Inolvidables
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BETO AVILA Y TED WILLIAMS |
Montemayor, un brillante jardinero estuvo metido en una de las jugadas más famosas que se han visto en el Parque del Seguro Social. Fue precisamente en el invierno de 1954-1955, cuando Beto Ávila acababa de ganar la corona de bateo en la Liga Americana. Era el juego de Estrellas entre la Liga de la Costa Mexicana y la Liga Invernal Veracruzana. Beto Ávila estaba en la segunda base cuando hubo un elevado al jardín central y Montemayor lo atrapó en lo profundo. Beto Ávila hizo pisa y corre a tercera y siguió rumbo al plato ante la sorpresa general. Huevito Álvarez era el shorstop, tomó el tiro de relevo de Montemayor y mandó la pelota el plato, pero el cátcher Sam Hairston no pudo quedarse con ella y Beto Ávila se deslizó con una barrida de muchos kilates en la goma para anotar y completar el pisa y corre increíble ante la locura del lleno completo.
Las pinceladas de un grande del beisbol.
“Lo hubiéramos sacado en home si el cátcher Hairston se queda con la pelota, pero Beto, con el factor sorpresa y su agresividad mereció el safe que tuvo”, recuerda Montemayor.
El gran Beto Ávila le hizo pisa y corre desde la segunda a dos inmortales del Salón de la Fama: Montemayor y Huevito Alvarez.
De una manera la carrera de Montemayor siempre me recordó de una manera a la de Joe Pepitone, del que se esperaba tanto y no alcanzó a las alturas de otros estrellas del Yanquis. En un libro que escribió, Pepitone dice algo parecido al “Clipper”: “Yo no tengo la culpa que esperaran tanto de mi, más de lo que podía dar, ya que siempre puse mi máximo esfuerzo por hacerlo bien.”
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EL CLIPPER PARA SIEMPRE |
Ya de retirado se dedicó a la crónica beisbolera, estando muchos años escribiendo su columna en un diario de Monterrey que se hizo muy famoso desde su inicio, el Norte, luego el Reforma en la ciudad de México. Recordamos cuando el diario lo mandó a su primera Serie Mundial, creo que fue la de 1975. Había cambiado el bat y el guante por la máquina de escribir ya que todavía no había las computadoras de la actualidad. Me lo encontré en Boston y platicamos un rato antes que comenzara el partido.
Durante sus años de jugador siempre fue un buen amigo, muy amable con la prensa. El pelotero de fina estampa.