En triple A estaba teniendo una gran  campaña con estadísticas magnificas y por los informes de los scouts del equipo azul, tiene etiqueta de NO PUEDE FALLAR. Por ello, fue subido al equipo grande y se enfrentó a un equipo  que tiene una línea de bateo muy poderosa Y  a su pitcher estrella Jacob de Grom.

Pitcher que entra ponchando, sale respingando, dice un viejo adagio cubano, y Julio Urías  ponchó al primer bateador, el veterano de mil batallas, Curtis Granderson, buen chocador de bola y con poder, tanto que al final dio el homerun del triunfo de los Mets sobre Dodgers.

En la misma primera entrada desspues del ponche se le vino el mundo encima a  Julio, y trayendo fama de ser un pitcher que no da muchas bases por bolas, se vio descontrolado, ya que al parecer su cátcher no le dio asesoría de que en la MLB el pitcher debe aprender la zona de strike del umpire. Y decimos eso, porque el umpire salió en una noche de mucho descontrol, ya que varios lanzamientos que eran strikes los marcó bolas y en otras pitcheadas  marco strike cuando no lo eran.

Obviamente, eso descontroló al chamaco mexicano y al final se ponía abajo en la cuenta, teniendo que pasar la bola por la zona bateable. Y si decimos que le faltó cátcher es porque hasta yo adivinaba                 cuando iba a tirar el cambio de velocidad, que fue el lanzamiento al que todos le pegaron de hit y valieron tres carreras, que fue las que aceptó.

En fin, ya lo pasado, pasado, ahora hay que esperar que no lo  manden a triple A, que le den por lo menos dos oportunidades más, ya que a pesar de todo, no lucio tan mal, se ve que tiene hechuras y si Dios le da salud, podrá hacer buena carrera en las grandes ligas.

La llegada de este chico a la MLB, hizo recordar a Fernando Valenzuela a quien muchos  ya olvidaron, y lo que hizo el Toro en 1981 al ser novato del año es algo que merece un gran premio, estar en el salón de la fama de Cooperstone. Simplemente debutó como abridor con una blanqueada y siguió blanqueando hasta llegar a ocho  en la temporada, que se dice fácil, pero que sólo deportistas como el de Etchohuaquila, Sonora, pueden lograr.

Valenzuela tuvo la arrancada de temporada más espectacular de un latino y posiblemente de cualquier lanzador en 1981, cuando además del Cy Young conquistó el Novato del Año, el único con el doble honor en una misma temporada.

En ese memorable abril Valenzuela lanzó cinco veces, todos juegos completos, incluyendo cuatro blanqueadas con los Dodgers de Los Angeles. La única carrera que permitió fue a los Gigantes de San Francisco, los más odiados rivales que tienen los Dodgers, en una joya de 9 entradas, 4 hits y 10 ponches.

En el mes, Valenzuela (5-0, 0.20) permitió 28 hits, regaló 11 bases por bolas y ponchó 43 bateadores. En la racha blanqueó dos veces a Houston, venció dos veces a los Gigantes (una blanqueada) y una vez a San Diego.

Si "El Toro" no ganó 20 partidos ese año fue debido a una huelga de jugadores que detuvo la temporada por dos meses, entre el 12 de junio y el 10 de agosto. Al final, Valenzuela tuvo 13-7 y lideró la Liga Nacional con 25 salidas, 11 juegos completos, 8 blanqueadas, 180 ponches y 192.1 entradas; ganó Cy Young y Novato del Año y la Serie Mundial.

Ese año es inolvidable para los fans mexicanos y Fernando llegó a las grandes ligas sin la alharaca que esta  vez hicieron los Dodgers, ojalá que el sinaloense Urías triunfe como lo hizo el yoreme y se quede muchos años en la gran carpa.