“Papelero” (Primera de dos partes)

 
Por Jesús Alberto Rubio

Yaquis de Cd. Obregón: Benjamín "Papelero" Valenzuela, Ronnie Camacho, Moi Camacho, Jim Ackers. Atrás: Tavo Bernal, Gus Cisneros y Dominic Zanni.


“Pape” dejó registros de alta alcurnia:

Se distinguió por su bateo de rango y un jugador de mucha entrega, coraje.

Y que si impresionan sus hechos en los diamantes, verá:

Debutó con hit en el primer turno al bat en Ligas Mayores y en la Costa del Pacífico.

Fue campeón bat tres ocasiones (dos seguidas) en la poderosa Liga de la Costa del Pacífico.

Y en su faceta de manager, obtuvo el banderín en dos equipos distintos en su primer año.

Pero hay otra muy chuqui: de batboy, corriendo el tiempo, fue el timón campeón del mismo equipo… ¡algo jamás visto!

Ya sabe de quien hablo: 

El gran Benjamín “Papelero” Valenzuela, miembro del  Equipo Ideal de la Liga de la Costa y desde 1982 tiene nicho de oro en el Salón de la Fama del Béisbol Profesional en México con sede en Monterrey.


10mo. mexicano en la Gran Carpa

Cuando llegó en 1958 a los Cardenales de San Luis, el orgullo de Los Mochis desde el 2 de junio del 33, se convirtió en el décimo jugador mexicano en llegar a las Ligas Mayores.

Su debut sucedió el 27 de abril como tercera base y en su primera aparición al bat  le dio hit a Johnny Podres, de aquellos los Dodgers recién estrenados en Los Angeles provenientes de Brooklyn, Nueva York.

¡Qué mejor debut en la Gran Carpa… y ante quien! 

Benny Valenzuela, como le llamaron en EU, tuvo la fortuna de jugar al lado del inmortal Stan Musial, así como Ken Boyer, Curt Flood, Eddie Kasko, Wally Moon y entre otros, el pítcher Sam Jones, quien tiene un lugar muy especial en la historia del béisbol.

Jones se convirtió en el primer pítcher negro del béisbol moderno de Ligas Mayores en lanzar un juego sin hit ni carrera. Su joya de pitcheo blanqueando 4-0 a los Piratas de Pittsburgh, ocurrió en el Wrigley Field el 12 de mayo de 1955.


Una lesión y…

En esa campaña, “Benny” jugó sólo en diez partidos y pegó de 14-3 que incluyó un doble (.214); sin embargo, una lesión en su espalda (dos vértebras de su columna), le impidió demostrar su real talento y capacidad con los Pájaros Rojos.

Por ello, el 8 de octubre de aquel año lo enviaron a Tacoma, la principal sucursal de los  Gigantes de San Francisco en la Liga de la Costa del Pacífico. Con él se fueron  Hobie Landrith y Billy Muffett a cambio de Ernie Broglio y Marv Grissom.

Satisfecho de su trayectoria


Ahora que con gran gusto platiqué con él en Cd. Obregón, señaló estar muy satisfecho de su paso por el béisbol.

Claro, como siempre, cargado de energía, vitalidad y bromas a flor de labio, “El Pape”, un tipo pintoresco que cae muy bien por su trato y amabilidad,  expresó su agradecimiento al béisbol porque de otra forma “no estuviera platicando con ustedes; estuviera hecho bola” vendiendo periódicos”.

Le pedí a Dios que me diera la oportunidad de jugar béisbol, aunque te debo decir que también era versátil jugando fútbol, todo para mejorar mi vida y a mi madre, que en paz descanse… y pues me ayudó, pues de batboy, que te den de alta para ser jugador, no cualquiera…”.


Un bat de cuidado en Ligas Menores

En la agradable charla recordó cuando en la Arizona-Texas, 1952, peleó el título de Novato del Año con Besbee-Douglas al batear .347. Había llegado a ese equipo llevado por Syd Cohen.

La siguiente temporada logró la misma cifra, pero se fracturó una pierna; se recuperó y en el 54 debutó con Sultanes (.325 en 312 juegos). Luego regresó a Besbee-Douglas para registrar un altísimo .388.

En el 55 los Cardenales lo mandaron al  Fresno de la Liga de California, Clase C, donde pegó .354, el tercer mejor porcentaje del circuito, con once cuadrangulares, 139 producidas y 19 estafas. También fue líder en carreras anotadas,151, y hits, 209.

El 56 lo subieron a los Búfalos de Houston de la Liga de Texas, Clase Doble A, donde promedió .314, dio 18 jonrones y produjo 99 carreras. 

Ahí jugó al lado del vástago de Santicos, el “Canguro” Rubén Amaro, quien también en el 58 iba a debutar con Cardenales.

El 57 estuvo con Omaha, Triple A de la American Association, principal sucursal de los Cardenales, pero luego regresó a Houston… y de ahí, ahora sí, al equipo grande.

Antes de arribar al mejor béisbol del mundo jugaba como jardinero derecho, pero los Pájaros Rojos, lo ubicaron en su posición ideal: la tercera base. 

En la pelota mexicana, desde niño su ídolo  fue Luis “Molinero” Montes de Oca, de ahí que se decidiera por aprender a jugar la esquina caliente.

“En esos años no había representante de peloteros. Lo único que hacían era pagarte el contrato; primero, jugué poco lastimado y luego con Tacoma, principal sucursal de los Gigantes de SF; “así me la rifé” y lo bueno fue que me la pagaron”.
 
También jugó con el equipo Victoria de la Liga de Texas, en los años cuando los equipos campeones de la Liga Mexicana se enfrentaban a sus homólogos de la llamada Asociación Panamericana.


Sus ídolos en la Gran Carpa

Dice que en esos años sus ídolos de Ligas Mayores fueron Joe DiMaggio, Ted Williams, Stan Musial e incluso Rubén Amaro.

“Tuve el honor de ser amigos de Musial. Muy católico, de sangre polaca, aunque nacido en Estados Unidos. Le tuve gran admiración”.

Stan Musial nunca pudo escribir un libro de cómo aprender a batear porque la manera de pararse a batear, era muy rara, algo así como el Joe Brovia que jugó de jardinero derecho con Hermosillo”. 

Pero, al ver su prodigiosa forma de batear, obviamente nadie dijo nada. Era naturalito, aquel “The Man”, hoy un icono en  la historia de los Pájaros Rojos.

Y sobre Ted Williams, recuerda que en un juego de exhibición le dijo a Rubén Amaro: “¡Mira, hasta que conocimos a Ted Williams y fuimos a saludarlo… y era tanto el gusto que no le soltábamos la mano”.

Ese día, Wilmer “Vinagre” (Bend) Mizell, uno de los mejores zurdos de la Nacional –debutó el 22 de abril de 1952 a los 21 años con Cardenales de SL–  estaba tirando 96-97 millas por hora y vino al bat Williams y dijeron  vamos a verlo: 

Primero, con un rectón afuera, con una mano se la botó por el left… expresanado nosotros, ¡ah caray, le tiró tarde! Luego, le lanzó otra pegada como para quebrarle el bat…¡y la perdió por las luces!


Espino, su favorito en México

Por supuesto que Héctor Espino fue su ídolo en el béisbol mexicano.

Cita que en la temporada 66-67 cuando debutó con los Cañeros Aurelio Rodríguez, él ya estaba por retirarse como jugador activo, pero que alcanzó a tomar algunos rodados o líneas por la tercera base salidas del bat de Espino”.

“Nunca le jugué para doble play a la mitad de la luna; siempre me colocaba atrás, como si hubiera dos outs. Y aunque el manager me pidiera que me moviera para adelante, no lo hacía porque si agarraba una rola de él de frente…me cimbraba la mano. Y es que clase de poder que tenía”.

Una vez jugando en Los Mochis el domingo por la tarde contra Hermosillo, teniendo el viento en contra del bateador derecho y perdiendo 1-0 en la séptima, nuestro mánager Memo Garibay dijo ¡tiempo, Panchillo!... y por respuesta tuvo “sí, ya se  que viene a decirme; que siempre lo he dominado”.

Entonces Garibay le advierte: “no, vengo a decirte de que veas como está corriendo el viento y le aventó algo de zacate y tierra. “Ahora quiero que le tires la bola bien floja, curvita, para que le de para allá porque se va a regresar la bola”.

“Maestro, yo se pincharle, déjeme a mi”, dijo Panchillo Ramírez y Memo le contestó, “oh, acepta mis órdenes”… 

“¡Andale, pues”, replicó Panchillo, por lo que al escuchar eso, me dije, voy a ponerme atrás del zacate porque le van a tirar de globito y así fue… estaba un metro atrás de lo que es el infield… pero olvídate, Espino pegó una línea que parecía iba llorando para caer allá atrás de la barda… que viento ni que viento”.

“Por ello, le dije a Panchillo, “qué bueno y dio jonrón” a lo que rápido inquirió “¿por qué, “Pape”?”… ¿nombre, nomás le da por ahí donde yo estaba pues me quiebra una pierna!”.

 

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