A qué edad nos morimos?
82 años las mujeres, y a los 79 años los hombres. Se trata de llegar a ese final sin depender de otros. Sin molestar. Cuidarse y prepararse para no molestar a los demás. "Envejece bien quien ha vivido bien", dijo Pitágoras. Y vive bien quien piensa en los demás.

 Envejecer es ir perdiendo capacidades, y mientras puedas valerte ¡envejeces bien! En el envejecimiento normal, vas adaptándote a paulatinas pérdidas. ¡Lo indeseable es el envejecimiento patológico! que te conduce a la dependencia. Se da en el 12% de los mayores de 65 años.

El envejecimiento prematuro lo puede ocasionar una enfermedad acelerada... o que esa persona no se ha cuidado bien. ¡Y esto es perfectamente evitable!

No tanto si se es pobre... el poder económico y un buen sistema sanitario público palían el envejecimiento prematuro. ¡Pero hay muchas otras cosas que puedes hacer!

Haz ejercicio. Come de todo, en horas regulares y poca cantidad. Evita 
el sobrepeso. Duerme siete horas. No fumes ni te intoxiques. Mantén la presión arterial entre 80 y 120. Mantén el colesterol bajo...

Factores fisiológicos y psicológicos pueden envejecerte mucho; la muerte de un ser querido, estar sin trabajo, etc. Procura mantener siempre una actitud activa y positiva. Sonreír, reír. ¡Un día no reído es un día perdido!

Cultiva tus amistades. Construye tu propia red social. Será tu soporte cuando seas mayor. ¡Esto es fundamental!

La soledad es la peor compañera: ensimisma, entristece, 
deprime, produce erosión cognitiva... ¡Te envejece!

Tener amigos rejuvenece y también tener siempre un proyecto: estudiar algo, practicar un deporte... Colaborar en una actividad solidaria.

Envejeces mejor si eres solidario porque eso genera paz interior, tranquiliza el ánimo, te sientes bien íntimamente. ¡Trata bien a la gente de tu entorno, sé amable! Una mala cara no soluciona nada.

Algunos ancianos acumulan como si así fuesen a vivir más. Sólo existe el presente: ¡vive el día de hoy! Con la mochila ligera, en un espacio sencillo, diáfano, luminoso, alegre, cómodo. No recargado.

El amor es imprescindible: permite vivir más intensamente. Importa la complicidad en la pareja, la ternura, ¡y tocarse...! El sexo puede expresarse en una caricia, un beso...

Cuídate de una caída. El anciano arrastra los pies..., y ahí está la alfombra. ¡Fuera alfombras! Y desniveles, escalones, bañeras. Plato de ducha a ras de suelo.

La caída a esas edades significa  una operación por rotura de fémur o de cadera, riesgo de infección hospitalaria, urinaria, respiratoria, entrar en la cascada de la dependencia y  reducir el promedio de vida hasta cuatro años.

Evita una caída usando calzado cómodo, levántate despacio ayudado con tus manos para no marearte, coloca empuñaduras en el baño.

Jubilarse envejece si solo esperas recompensas, reconocimientos, exhibiciones que muchas veces nunca llegan; es mejor acogerte al círculo de tus amigos, lo cual te hará sentirte mucho mejor.

 Algunos se deprimen al constatar su decadencia física. Preocuparse demasiado de la apariencia externa es infructuoso: lo mejor es velar por el interior, por un espíritu activo y positivo.

Para preparar la vejez hay que ir despejando todo lo que pueda estresar y si eres profesionista seguir atendiendo y ayudar a otros con tu experiencia.

Resumen: qué hacer para envejecer bien?

Cuida de tu propia salud, mima a la red de amigos, sé optimista, sé 
solidario, respeta a la gente del entorno y déjalo todo planificado para tu final: ceremonia, entierro, testamento. Dejar eso a los que se quedan es egoísta. Que nadie tenga que estresarse por tu causa ¡es la máxima 
generosidad!

El pobre enferma más que el rico, aunque el rico enferme por excesos. La relación entre enfermedad y economía es un hecho demostrado.

Es imposible estar sano después de 65 años y, cuando uno se hace mayor, va sumando enfermedades. Antes, cada persona sufría una enfermedad; ahora, una persona tiene hasta seis patologías simultáneas.

 

Incluso ha cambiado el concepto clásico de salud. Antes, las personas 
sufrían alteraciones físicas o psíquicas, y se las clasificaba así. Ahora 
hay un tercer factor que empeora el pronóstico: la situación social y 
familiar de esa persona es algo fundamental. Los médicos estamos preparados para atender lo psíquico y lo físico, pero no esa nueva globalidad.