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Mark Rottendrum

Un ingeniero mexicano entró en una estación del metro de Estocolmo, capital de Suecia.

Allí notó que había, entre torniquetes comunes y corrientes, uno que daba acceso gratuito.

Entonces le preguntó a la taquillera el porqué de aquel torniquete gratis y sin un policía que vigilara.

La dama, entonces, le explicó que ese torniquete era para las personas que, por cualquier motivo, no trajeran dinero para pagar su pasaje.

Incrédulo, acostumbrado a lo que pasa en México, no pudo evitar preguntar:

- Y si la persona trajera dinero, pero simplemente no quisiese pagar?

La taquillera entrecerró sus ojos azules y con una sonrisa amable, le respondió:

- Pero por qué haría eso?

Sin poder dar una respuesta, el ingeniero pagó su pasaje y pasó por el torniquete, seguido de una multitud que también había pagado por su boleto.

El torniquete gratis continuó vacío.

La honestidad es uno de los valores más liberadores que un pueblo puede tener.

Una sociedad que ha logrado transformar ese valor en algo natural, está en un estado de desarrollo, sin duda, superior.

Eso es educación... También y antes que nada!

Cultive este valor y transmítaselo a sus hijos, a sus nietos, a sus alumnos, a la sociedad.

Su mundo cambia cuando usted cambia. No premiemos las prácticas fraudulentas, los negocios mal habidos, la corrupción...

Hagamos de la honestidad y buena fe un hábito.