En 2004, el activista michoacano se convirtió en líder de las autodefensas de Tierra Caliente. La militancia lo llevó a prisión en 2014 gracias a un proceso judicial controvertido.  Después de casi tres años preso, Mireles salió recuperó la libertad y publica el libro Todos somos autodefensas (Grijalbo)

Su libro comienza a circular en plena aprobación por la Ley de Seguridad Interior…

Creo que las autodefensas son el antídoto para una ley que sólo viene a perjudicar la paz social y los derechos humanos de los mexicanos; son el mejor antídoto contra el abuso de poder de quien venga, ya sea el crimen organizado o los uniformados; tal vez ahora deberíamos llamarlo crimen uniformado y la delincuencia autorizada. En nuestra región comprobamos que las autodefensas pueden imponer la paz social.

Pero también se ha visto que las autodefensas no escapan de ser infiltradas por el narcotráfico y el crimen organizado.

En toda esta circunstancia, siempre ha metido la nariz el gobierno. Al Estado mexicano no le interesa la paz social; prefiere provocar caos, violencia y crimen, porque ahí es donde está la mayor fuente de ganancia para los políticos que no piensan en el bien común. Es verdad que hay corrupción en algunos pueblos con autodefensas, pero donde el movimiento es legítimo y sacó el crimen organizado, vivimos en santa paz.

¿La Ley de Seguridad Interior es la opción ante policías corrompidas y poco confiables?

Quienes firmaron y aprobaron la Ley de Seguridad Interior, son parte de la corrupción y la delincuencia; son parte de la descomposición social de la estructura de seguridad pública. Todo eso obligó a los policías municipales, así como a los comandos, a dejar su labor para incorporarse a los delincuentes. Con esta ley autorizaron la posibilidad de entrar y cometer crímenes dentro de tu casa. Si bien se señala que la ley sólo tendrá vigencia por un año, deja abierta la posibilidad de renovarla el tiempo que sea necesaria. Las instituciones armadas como el Ejército, fueron constituidas para salvaguardar la soberanía e integridad de la nación, además de para ayudar a la población en caso desastre natural; no para actuar como policías con garrote en mano. Ningún presidente debe atentar contra su pueblo, ya le dijeron la ONU y comisiones internacionales de los derechos humanos, al gobierno actual.

¿Pero las autodefensas armadas no necesitan de una regulación también?

La única posibilidad para los mexicanos es hacer valer nuestros derechos constitucionales, principalmente el Artículo 39. Gobierno que no nos sirva debe ser quitado inmediatamente, sin esperar a que nos destroce. Desgraciadamente, los partidos políticos que son comparsas de la corrupción se encargan de mantener al pueblo dividido para que nunca se una. Necesitamos cambiar el sistema político nacional. La corrupción se podría eliminar con una efectiva impartición de justicia, empezando por un salario justo para los policías municipales y las fuerzas armadas. Los policías municipales deben ser originarios del pueblo que vigilan, no de otro lado. Nosotros ya no dejamos que entrar a un policía de afuera. Cada población debe convertirse en autodefensa y no me refiero a andar armado buscando delincuentes. Autodefensa es aquel que protege sus derechos, familia, casa y trabajo. Necesitamos asumirlo porque no tenemos seguridad pública efectiva.

¿Hay margen de maniobra cuando las policías y las fuerzas armadas están tan infiltradas?

A los políticos y funcionarios implicados hay que vetarlos del servicio público. No hay necesidad de tomar las armas, se trata de asumir el poder que nos da el artículo 39; los mexicanos necesitamos actuar como pueblo. El año próximo tendremos una gran oportunidad para cambiar las cosas, por eso necesitamos votar y defender el voto que emitamos. Esa es nuestra única arma para cambiar las cosas. La Ley de Seguridad Interior es para callar o reprimir a quienes protesten contra el robo de una urna o ante la imposición de un candidato, ese es el objetivo.