Sustitutos de azúcar, la dulce amenaza; alertan a personas con diabetes

Expertos y organizaciones nacionales e internacionales de la salud advierten que los sustitutos de azúcar podrían repercutir gravemente en la salud

14/11/2016 05:49  XIMENA MEJÍA
 
 

 

 
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98,450 muertes ocurrieron el año pasado en México por diabetes, de acuerdo con cifras de la Ssa.
 
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CIUDAD DE MÉXICO.

Por muy dulce que sea su promesa, las consecuencias de exceder el consumo de edulcorantes y sustitutos del azúcar bajos en calorías podrían tener repercusiones graves en la salud.

En México se utilizan 19 edulcorantes y sustitutos de azúcar bajos en calorías, establecidos en 2012 por la Ssa, y que fueron publicados en el Diario Oficial de la Federación.

Sin embargo, no significa que no produzcan calorías u efectos que detonen en obesidad y efectos laxantes.

Estos sustitutos se encuentran en la cerveza, mostaza, aderezos, pastillas refrescantes, goma de mascar, pasteles, dulces a base de leche, gelatinas, productos de cacao o chocolate, bebidas alcohólicas, cereales, ates, jaleas, avenas, pan, jugos, refrescos y salsas, entre otros.

Sacarina, sucralosa y aspartamo son edulcorantes más frecuentes en los productos industrializados y, aunque son autorizados por la agencia de EU Food and Drug Administration (FDA por sus siglas en inglés), expertos alertan que su ingesta descontrolada puede ser nociva para la salud y generar obesidad, lo que podría desencadenar diabetes.

De acuerdo con la nutrióloga Diana Lucía Santos Álvarez, especialista del Centro de Orientación Alimentaria (COA), las personas consumen diariamente una gran variedad de dulces, panadería, gelatinas, cereales con estos aditivos, sin tomar en cuenta la información nutrimental.

“El problema con el uso en la industria alimentaria en estos productos es el abuso; muchas personas creen que por ser light o por no contener azúcar se puede abusar; eso es totalmente erróneo. Estos productos sólo son de consumo mínimo, no son recomendables para diabéticos. Al ser consumidos con frecuencia, las personas piensan que están libres de azúcar, que no las van a hacer engordar, pero aun así esos productos aportan calorías”.

Santos consideró que “el cerebro vive engañado” con el consumo de estos aditivos, debido a que no generan saciedad y las papilas gustativas se acostumbran al sabor dulce.

La maestra en nutrición Fiorella Espinoza, coordinadora de Salud alimentaria del Poder del Consumidor, citó el Modelo de Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de Salud (OPS), publicado este año en Washington, el cual establece que el uso de estos aditivos favorece en los niños la adicción a sabores dulces.

“Además de los nutrientes críticos, “otros edulcorantes” fueron incluidos en el modelo. La justificación de su inclusión es que el consumo habitual de alimentos de sabor dulce, con o sin azúcar, promueve la ingesta de alimentos y bebidas dulces, incluso los que contienen azúcar. Esta observación es importante en los niños, porque el consumo a una edad temprana define los hábitos de consumo de toda la vida”.

Diabetes: el ENEMIGO

En México no existe una postura en contra de su consumo. Incluso la Federación Mexicana de Diabetes (FMD) avaló el uso de estos sustitutos de azúcar en niños y adultos con el propósito de ayudar en la disminución de este mal y de la obesidad.

Sin embargo, el Weizmann Institute of Science, ubicado en Israel, dio a conocer en 2014 que su ingesta provoca, en algunas personas, intolerancia a la glucosa, una fase previa a la diabetes en la que hay una mayor concentración de azúcar en la sangre y alteraciones metabólicas relacionadas con la obesidad.

Además de que la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y la OMS, establecieron un índice de consumo seguro conocido como Ingestión Diaria
Máxima Aceptable (Ida).

De acuerdo con el doctor Ernesto H. Monroy, titular de la Unidad de Vinculación y Participación Social de la Ssa, la diabetes podría convertirse en la primera causa de muertes después de los padecimientos cardiacos en el país si no se toman medidas públicas al respecto.

Estadísticas de la dependencia federal establecen que en 2014 se registraron 633 mil 641 defunciones, de las cuales 14.8% se debieron a la diabetes mellitus. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, las entidades con mayor población diabética son la Ciudad de México, Nuevo León, Veracruz, Tamaulipas, Durango y San Luis Potosí.

La OMS indica que la obesidad y el sobrepeso afectan a siete de cada diez adultos en México, Chile y EU. Asimismo, en los niños y los adolescentes las tasas de prevalencia han aumentado de forma sostenida y los datos muestran que entre 20 y 25% tienen sobrepeso o son obesos.

“SUSTITUTOS NO me bajaron de PESO”

Josué Gurrola consume diariamente productos con edulcorantes bajos en calorías desde hace cinco años, y en ningún momento han beneficiado a que reduzca su peso.

El joven, de 31 años, que tiene diabetes, sabe que los sustitutos no le garantizan bienestar, pues al igual que las comidas tradicionales, el exceso es un riesgo.

Desde que fue diagnosticado su peso ha llegado hasta los 98 kilos, cuando mide 173 centímetros

“Todo depende de la cantidad de comida que consumas; por ejemplo, hay muchos productos que salen a la venta con los sustitutos bajos en calorías, como galletas con splenda o stevia, pero es casi lo mismo que consumir un producto normal. Si te excedes en comer cantidades de estos productos es algo que se acumula en tu cuerpo”, declaró.

Desprenderse de lo dulce es una misión imposible, pues se permite ingerir una vez por semana un paquete de galletas con splenda, y frecuentemente refrescos y jugos con edulcorantes bajos en calorías, sabiendo que es un riesgo.

Los expertos coinciden en que la inclusión de edulcorantes en la dieta no producirá una pérdida espontánea de peso. La reducción de peso depende de que se baje el consumo global de calorías de la dieta diaria.

CHATARRA PRESENTE

Actualmente, los mexicanos son los principales consumidores de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas en América Latina, presentando los mayores índices de sobrepeso y obesidad en la región.

En México, el consumo de bebidas azucaradas por persona tiene un promedio de 163 litros al año, lo que repercute en sobrepeso en siete de cada diez mexicanos, pese a que el impuesto a las bebidas azucaradas, que entró en vigor en 2014, propició que los mexicanos compraran 4.2 litros menos de bebidas azucaradas per cápita al año, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública

A partir de estos resultados, organizaciones de la sociedad civil demandan incrementar al doble del precio el costo del refresco para mejorar la salud de la población.