Tanto ella como el pelafustán fueron invitados desde los primeros días en que fueron nombrados en firme candidatos de sus partidos hace ya bastante tiempo. Por supuesto que Trump aprovechó la fecha que le convino al igual que Hilary a quien le ganó la mano el güero “boca de xxxx de gallina”. La verdad Trump es un hijo de su… rechinar de dientes, pero, para los gringos tiene la virtud de decirlas cosas de frente sin morderse la lengua en tanto la Clinton es una vieja zorra que a mucha gente (gringa) le parece poco honesta. Bien harían los que se le van a la yugular a Peña, que antes de opinar o asegurar o atacar, se enteraran de fechas, condiciones y protocolos utilizados para hacer las invitaciones y no se dejen llevar por las voces azules o de barras y estrellas

 

La visita de Donald Trump, candidato a la presidencia de los Estados Unidos, desató (como era de esperarse) un alud de críticas a Peña Nieto. Aunque Trump ha bajado en porcentajes de aceptación sigue siendo un candidato muy fuerte y peligroso. Aunque odiemos al populista y vulgar personaje la diplomacia recomienda no olvidar que pudiera ser el presidente del país más poderoso del mundo, nuestro terrible vecino del cual México depende en docenas de avenidas; nuestro principal cliente, un enorme acreedor y, aunque no quiera el barbaján candidato, el lugar de residencia de varios millones de mexicanos quienes nos mandan dólares y más dólares. Aunque aúllen los furibundos peñafóbicos, esta invitación es un golpe maestro de estrategia diplomática.